02 Julio 2018
BRONNITS.- Está tan naturalizado en nuestro país que el entrenador “debe irse” una vez que no se consiguió el objetivo, que nadie entiende por estas horas cómo es que Jorge Sampaoli sigue siendo el entrenador de la Selección. La respuesta es simple: tiene contrato hasta el año que viene y parece decidido a respetarlo.
La dirigencia de la AFA se ubica del otro lado e intenta por todos los medios sellar su salida al ser considerado uno de los responsables de la eliminación. La dificultad es el monto (superior a los 15 millones de dólares) que debería desembolsar para indemnizarlo si es que lo echan.
Aún así ya comenzaron a barajarse nombres de posibles reemplazantes: Marcelo Gallardo, Matías Almeyda, Ricardo Gareca, Mauricio Pochettino y Diego Simeone.
Basta de creernos una potencia: el durísimo camino de la reconstrucción
El operativo desgaste (hacer que el técnico decida dar un paso al costado ateniéndose al “contexto”) parece que se puso en marcha, al menos hasta que la AFA fije una posición sobre su futuro. Dentro de un año Argentina debe jugar la Copa América Brasil 2019.
Los aplazos que explican la derrota: el análisis de cada jugador
Ese operativo, al parecer comenzó con una reunión entre Claudio Tapia y el propio Sampaoli para intentar que el técnico tenga ese famoso “gesto”.
“No evalúo irme”, había afirmado el técnico minutos después de la derrota por 4-3 ante Francia que selló la eliminación en Kazan, en la peor actuación de Argentina desde el Mundial de 2002. “Lo tomo como una frustración, no como un fracaso. Y esta frustración me fortalecerá como entrenador desde la experiencia y el aprendizaje”, sostuvo dando cuentas que se seguía viendo como entrenador.
Ayer, una nueva ola de rumores se instaló para dar como confirmada la salida del entrenador. De todos modos, nadie salió a confirmarla de manera oficial. Habrá que esperar para conocer alguna otra novedad. Aparentemente nada se resolverá antes de volver a Buenos Aires. ¿Seguirá o no? Esa es la pregunta. (Especial-DPA)
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