De posible dupla estelar en Barcelona a rivales enfrentados por ver quién seguirá en el Mundial: Lionel Messi y Antoine Griezmann chocarán hoy, a las 11, por una plaza en los cuartos de final. Uno vestirá la camiseta de Argentina; el otro, la de Francia.
El partido se disputa apenas dos semanas después de que el francés sorprendiera al anunciar que no jugará la próxima temporada en Barcelona, junto al cinco veces ganador del Balón de Oro. “Estarán hartitos por los comentarios que dicen si me voy, si me quedo, cuánto me dan... Pero voy a decir la verdad ahora: decidí quedarme”, señaló Griezmann durante el Mundial, para anunciar su continuidad en Atlético de Madrid, por medio de un documental.
La sorpresa fue mayúscula; incluso para los dirigentes de Barcelona, que estaban seguros de que habían logrado convencer a la estrella del “Colchonero” para que se uniera a Messi y a los suyos. Entre otras cosas, porque la “Pulga” se había implicado personalmente en la “operación fichaje”, y le había abierto la puerta del vestuario catalán de par en par.
“Gustar es obvio que me gusta. Es uno de los mejores ahora mismo”, afirmó Messi tras el último partido de la Liga española, consultado por la posible llegada de Griezmann al equipo dirigido por Ernesto Valverde. “No sé si hay algo, pero nosotros estamos encantados de que vengan los mejores y Griezmann es uno de los mejores”, había dicho Messi.
Durante meses la prensa española había dado por hecho que el “galo” terminaría fichando para Barcelona.
La inesperada marcha del brasileño Neymar a Paris Saint-Germain y la nuevo eliminación de Barcelona de la Liga de Campeones habían evidenciado la necesidad de que el “Azulgrana” se reforzara con un futbolista de calidad. Griezmann lleva cuatro temporadas como figura de Atlético, durante una de las etapas más exitosas del “Colchonero”. Además de discutir con Barcelona y con Real Madrid la Liga de España, los “Rojiblancos” llegaron a una final -perdida ante los “Merengues”- de la Liga de Campeones y conquistaron la Liga Europa la pasada campaña.
“Con los buenos jugadores es fácil entenderse y Griezmann es uno de los grandes jugadores, que está pasando por un momento excepcional. Después, ya verá el técnico cómo acomoda todo, pero obviamente es un jugadorazo y nos entenderíamos”, había insistido Messi, ya concentrado con la Selección para el Mundial.
Por entonces, a comienzos de este mes, la “Pulga” parecía convencido de que Griezmann cambiaría Atlético por Barcelona.
El propio Messi y el uruguayo Luis Suárez serían aliados de lujo para el delantero francés, en un equipo que, como siempre, aspiraría a todo. Eso además de garantizarle a Griezmann que en la capital catalana no le faltarían ni el mate ni la cumbia uruguaya, que siempre lo acompañan.
Griezmann, en tanto, guardaba silencio. Jugaba al gato y al ratón y alimentaba las especulaciones, mientras sus representantes negociaban, con “Barça” y con Atlético, un mejor contrato. Durante la concentración de Francia para el Mundial, en diversas ocasiones el referente “galo” se hamacaba entre hacer el anuncio y posponerlo. “Lo siento mucho. Sé que hay mucha espera, pero no; hoy no es el día”, se había excusado un par de días antes de que arranque el Mundial.
Con la criticada complicidad del “azulgrana” Gerard Piqué, cuya productora audiovisual produjo el documental “La decisión”, el francés comunicó días después que seguiría siendo “rojiblanco”.
La dirigencia madrileña había mejorado significativamente su contrato -cobrará unos 20 millones de euros, al igual que el portugués Cristiano Ronaldo, de Real Madrid-, al tiempo que llegaban a un acuerdo con el francés Thomas Lemar, para que refuerce el equipo dirigido por Diego Simeone.
Hoy, y después de una primera fase de Mundial en la cual ni Messi ni Griezmann brillaron como se esperaba, los dos astros volverán a enfrentarse, en esta oportunidad en un esperadísimo choque mundialista de octavos de final, tras el cual uno se despedirá de Rusia.