El peso argentino sigue siendo una de las plazas emergentes más golpeadas por el dólar, pese al aumento en el monto de divisas licitado por el banco central para sostener la cotización. La divisa estadounidense se disparó ayer 62 centavos, a $28,67 para la venta, pese a que el Banco Central decidió aumentar la subasta a U$S 150 millones.
La autoridad monetaria amplió a esa cifra el volumen de divisas que licitó ayer y lo hará hoy, desde los U$S 100 millones que venía vendiendo diariamente desde hace una semana, con fondos del Tesoro provenientes del reciente acuerdo cerrado con el FMI, consigna la agencia Reuters.
“El sistema de licitación fracasa y el dólar subió 66 centavos (caída del peso), a pesar del bajo volumen”, dijo Fernando Izzo, analista de ABC Mercado de Cambios. Añadió que “al final del día el ‘Tesoro’ (tuvo) una pérdida de un poco mas de 50 millones de pesos, por falta de ‘timing’ del momento de hacerla, dando previsibilidad a los bancos, para hacer su negocio”.
En la plaza mayorista, el peso se depreció un 2,42%, a $ 28,12 por dólar, con lo que acumula una caída del 11,2% durante este mes y una baja del 33,61% en lo que va del año. Se acerca así a su cierre récord, de 28,45 unidades, y al piso histórico intradiario de 28,50 por dólar, anotado a mitad de mes.
El Merval entró en pánico, subió el riesgo país y el dólar volvió a pasar la barrera de los $ 28
“Necesidad de cobertura y anticipo del cierre de mes acentuaron la demanda de dólares e impulsaron la importante suba en el tipo de cmabio”, argumentó Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio.
La caída de la moneda argentina lidera la debilidad de las monedas emergentes en medio de una escalada en la tensión comercial internacional, al margen de datos macroeconómicos de Argentina que empiezan a mostrar contracción.
Rebote
Con un Wall Street buscando un respiro tras las tensiones comerciales alimentadas por la gestión del presidente de EEUU Donald Trump, las acciones locales ensayaron un rebote tras el “miércoles negro”, que no fue acompañado por los bonos ya que los inversores perciben incertidumbre, y de allí que el dólar haya seguido en ascenso, explica el analista Gustavo Ber.
Así, el Merval se recuperó en pesos un 3,6%, aunque de manera más tímida medida en dólares, considerando el fuerte “sell-off” (ola de ventas de acciones) desatado por diversos rumores, “downgrades” (degradación) de bancos internacionales y datos de actividad que van confirmando una recesión económica del país, indica el economista en su reporte diario. En este proceso, la mayor incidencia para el cambio de humor en la Bolsa porteña vino de la mano de las acciones del segmento financiero. Según los analistas, la recuperación era necesaria tras la rueda del miércoles que le costó al Merval una pérdida de casi 9%.
La subasta del Banco Central no alcanzó para frenar el dólar
En cambio, los bonos continúan más pesados y así es que cedieron en promedio un 0,4% en sus cotizaciones en dólares entre las principales referencias, con el riesgo país orillando los 600 puntos básicos, ya que los inversores extranjeros liquidan indiscriminadamente títulos y disparan sus rendimientos por encima del 8% en el tramo medio y hasta más del 9% en el tramo largo.
En la renta variable el escenario es complejo “hasta tanto no se despeje el escenario económico y terminen de revisarse las proyecciones, y con ellas lógicamente el impacto sobre las estimaciones de ganancias”, indicó un reporte de la consultora Portfolio Personal.
Tras el cauteloso tono de las últimas ruedas, Wall Street ensaya un respiro aunque sigue atento a las disputas comerciales entre EEUU y China -así como posibles contagios en las represalias- ante las implicancias en la economía global, y ello activa un “flight-to-quality” (salto hacia mercados con menos riesgos).
Según Ber, continúa la debilidad entre los activos locales, más allá del tímido rebote en dólares de las acciones, ya que los inversores -en especial del exterior - siguen en modo de “risk-off” (con la percepción generalizada de riesgo elevado en el mercado) a través de un desarme de apuestas en mercados emergentes.