29 Junio 2018
- ¿Cuál es su opinión sobre los reductores de velocidad en la avenida Perón?
- Creo que son una rampa de lanzamiento para que un auto caiga encima de otro. Se supone que un camino no debería tener ningún objeto que interfiera con su tránsito continuo. En este caso, en cambio, pusieron obstáculos. No son aconsejables.
- Entonces, ¿qué recomienda usted?
- La ley permite que se instalen llamadores. Se trata de esas pinturas con un centímetro de espesor. Cuando son transitadas por las ruedas, producen sonidos. Llaman la atención del conductor, al igual que las cintas divisorias de bordes.
- Pero con eso no se logrará reducir la velocidad.
- Lo que hay que hacer -básicamente- es poner advertencias. Las avenidas Aconquija y Perón deberían tener carteles continuos, en los que se les informe a los automovilistas que, si circulan a más de 60 kilómetros por hora, serán multados. Y luego, en consecuencia, habría que implementar un sistema de control de velocidad. Se pueden comprar drones, por ejemplo.
- ¿Qué más cree que hace falta para evitar accidentes viales?
- Hay que generar normas, leyes. Yerba Buena necesita, además de los controles y de las multas, sanciones. Los sentidos únicos de las calles también son necesarios. Y, por último, una ciudad que se precie de tal tiene que tener todas sus veredas en condiciones.
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