En el Mundial de las sorpresas, la selección de Alemania protagonizó la más inesperada de todas al quedar eliminada en primera fase, con un 0-2 que le propinó el combinado de Corea del Sur.
Poco importó que los goles llegaran en tiempo de descuento, o que el primero de estos, además, lo hiciera con la connivencia del VAR. La impotente Alemania ya estaba fuera antes de que los asiáticos aprovecharan su total desconcierto en los minutos finales para acabar de sentenciarla.
La ineficacia de los vigentes campeones del mundo, sumada al triunfo de Suecia ante México por 3-0, había logrado lo inaudito: la eliminación de los “Germanos” por primera vez en fase de grupos de un Mundial. En 1938 también quedó fuera temprano, pero entonces el torneo arrancaba directamente en octavos de final.
La potencia europea corrió la misma suerte que España en 2014, que Italia en 2010 y que Francia en 2002: las tres llegaron a esos Mundiales como campeonas, pero no lograron superar la fase de grupos.
Con pólvora mojada, incapaces de aprovechar las ocasiones que tuvieron, los dirigidos por Joachim Löw sumaron su segunda derrota en Rusia: en su debut habían caído 1-0 ante México. Luego, le habían ganado 2-1 a Suecia, en tiempo de descuento.
Los suecos, que llegaban a la última fecha de la fase clasificatoria tras haber caído, precisamente, con Alemania, terminaron primeros en el Grupo F. Los escoltó México. Después del gol agónico de Toni Kroos ante Suecia, un triunfo ante Corea del Sur les habría bastado a los campeones. Pero no pudieron siquiera empatar. Los “Germanos” cerraron la tabla detrás de los asiáticos, que se retiraron del Mundial habiendo conseguido una de las victorias más impactantes de su historia.
“Estoy increíblemente decepcionado por esta eliminación, pero debemos asumir la derrota. No merecimos pasar a octavos. No conseguimos estar a la altura que acostumbramos”, afirmó Löw, con el rostro adusto. “Fuimos eliminados no porque no hayamos intentado ganar, sino porque nunca aprovechamos nuestras oportunidades de adelantarnos en el marcador. Merecimos ser eliminados”, agregó.
La continuidad de Löw
Antes, el entrenador había echado un manto de dudas respecto de su continuidad al mando de la selección que conduce desde 2006, pese a que su contrato rige hasta 2022. “Aún necesitamos algunas horas para verlo claro”, dijo a la televisión pública alemana, acerca de su futuro. “Hay una enorme decepción, un silencio sepulcral. Nadie está en condiciones de decir algo ahora”, añadió.
Desde la Federación Alemana de Fútbol, sin embargo, salieron rápidamente a respaldar al técnico. “No especularé con eso. Antes del Mundial ya habíamos dicho que confiamos en él hasta 2022. Mi opinión sigue siendo la misma”, sostuvo el presidente de la entidad, Reinhard Grindel.
Luego de la caída, los jugadores quedaron sin palabras. “El último buen partido que jugamos fue el año pasado. Hace mucho tiempo que sucedió”, admitió Mats Hummels. “(Ayer) perdimos nuestra estructura de juego. Es muy difícil explicar lo que pasó”, agregó el defensor.
Sami Khedira, uno de los experimentados del plantel, pidió que los históricos asuman la responsabilidad. “Es uno de los momentos más difíciles de la ‘Mannschaft’ (apodo de la selección alemana) y para mí, en lo personal. Habíamos dicho que los campeones mundiales debíamos llevar el peso del equipo. Pero cuando se sufre una eliminación tan amarga, hay que asumir la responsabilidad. Y soy el primero en hacerlo”, señaló.
Números contundentes
Más allá de que Alemania llevaba meses sin jugar en su mejor nivel, la caída no deja de sorprender. Había llegado al Mundial tras ganar sus 10 partidos por las eliminatorias europeas, y como campeón de la Copa Confederaciones -otro equipo que gana ese torneo y fracasa en el Mundial-. Además, en dos Copas del Mundo y en tres Eurocopas, la selección de Löw siempre había alcanzado, de mínima, las semifinales. De hecho, Alemania casi siempre mostró números aplastantes en los Mundiales: en los 19 Mundiales que lleva disputados -incluido el actual- alcanzó 13 semifinales (68,4%); y en las 12 Eurocopas que jugó llegó nueve veces a esa ronda (75%).
Todas esas cifras quedaron, sin embargo, enterradas en un partido en el cual los surcoreanos presentaron más batalla de la que habían sugerido en la previa. Alemania firmó su peor Mundial desde 1938. La imagen del final, con la selección de Corea del Sur marcando el segundo gol ante un arco vacío y Löw mirando desencajado en el banquillo, parecen impropias de Alemania.
Ningún alemán se imagina un futuro sin Löw al frente de la selección, incluso tras esta debacle. Un mes antes del Mundial, de hecho, la Federación le renovó su contrato hasta 2022. Pero ahora, pase lo que pase en los próximos años, su currículum tendrá una mancha imborrable.