El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, recibirá de manos del papa Francisco el último signo de su investidura como pastor, el palio arzobispal. Ayer al mediodía, poco antes de partir a Roma, utilizó las redes sociales para enviar una “carta al pueblo de Dios” en la que explica: “Estoy viajando a Roma para recibir de la mano de nuestro querido pastor el papa Francisco el Palio Arzobispal, es un signo visible, que usaré de comunión con el sucesor de Pedro y por él con todo el cuerpo de la iglesia de Cristo”. La entrega se realizará en una ceremonia el 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, y Día del Papa. Al día siguiente volverá a Tucumán.
“El palio, lejos de ser un signo de autoridad, es un signo de amor que marca el gesto de pastoreo, al que el Señor me llama en este servicio como arzobispo”, explica monseñor Carlos en su misiva. “El palio es además un vínculo de amor mutuo y recíproco entre las iglesias locales de Tucumán, Concepción, Santiago del Estero y Añatuya, un vínculo que se manifiesta concretamente en la comunión de servicio y hermandad. Tucumán es una Arquidiócesis metropolitana por su comunión de amor y servicio con sus iglesias sufragáneas”, añade.
Despedida
Se despide diciendo: “ser su pastor es para mí ser servidor y este palio es signo de ese servicio. Quiero cargarlos sobre mis hombros a imagen de Jesús el Buen Pastor”.
El palio arzobispal es una banda de lana blanca en forma de collarín, que tiene dos extremidades, una baja por el pecho y la otra por la espalda. Está adornada con seis cruces de seda negra. Esta prenda eclesiástica es impuesta por el Papa sobre los obispos y arzobispos para destacarlos como legítimos sucesores de los apóstoles y jefes de sus diócesis. Su entrega se realiza en una solemne ceremonia y representa una gran responsabilidad y compromiso del pastor para con su rebaño. Los pastores deben llevarla como si fuera un escapulario.
Los palios están hechos por las monjas benedictinas del monasterio romano de Santa Cecilia. Lo hacen con la lana de dos corderos blancos que se bendicen todos los años cada el 21 de enero en la iglesia de Santa Inés, después de la misa. Luego son bendecidos otra vez en el Vaticano antes de ser entregados a las religiosas para que confeccionen las prendas. Después se guardan sobre la urna donde están las reliquias del cuerpo del apóstol San Pedro, hasta el día 29 que es cuando se imponen.
El significado
Cada elemento tiene su significado: la lana representa la aspereza de la reprensión a los “rebeldes”. El color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular sobre los hombros es el temor a Dios. Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda, que significan los valores que debe tener el obispo: vida, ciencia, doctrina y poder. Se relacionan también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo.
En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, y a la derecha, la templanza. Jurídicamente el palio arzobispal es el símbolo de la potestad que tienen los arzobispos en su provincia eclesiástica y los lazos de comunión con el Romano Pontífice.