¿Quién pidió por “Kila” en la Legislatura? Una investigación de LA GACETA permitió que se sepa de su designación, que data de 2015. Pero será difícil que alguien admita haberlo recomendado.
El oscurantismo en materia de información pública permite la proliferación de hijos políticos no reconocidos, sobre todo en cuerpos legislativos. Antecedentes sobran. La ex cooperativista Elizabeth Alzogaray, detenida este año por integrar una presunta red de estafadores con casas del IPV, fue empleada del Concejo de la Capital en 2016. La pidió un edil. Pero no dejó registros de ello. Sólo quedó la huella del ex titular del cuerpo, Javier Aybar. Así, hubo muchos otros casos de posibles autores de delitos -y hasta de personajes de la farándula- con cargos en órganos deliberativos. Mientras el “ADN” de la ascendencia quede en secreto, los padres políticos seguirán sin darles su apellido.