La Justicia investiga la muerte de un niño de 11 meses ocurrida el martes a la tarde Simoca. El bebé ingresó a las 18 sin vida a la guardia del hospital Gómez Llueca de esa ciudad. De acuerdo con un informe de la médica Edhy Ayala, la criatura presentaba hematomas en diferentes partes del cuerpo.
Romina Gutiérrez (la madre, de 23 años) y Jorge Luis Lucero (el padre, de 33), domiciliados en 25 de Mayo al 1.700, dijeron en la Policía que al bebé lo encontraron sin vida en su cama y manifestaron que al parecer se asfixió al quedar boca abajo.
En declaraciones a LA GACETA, Lucero aseguró que él descansaba cuando su esposa lo despertó para decirle que el pequeño “estaba morado”. “Lo primero que hice fue verificar si respiraba. Y advertí que no lo hacía. Entonces intenté reanimarlo sin éxito. Enseguida lo llevamos al hospital”, contó.
Según el hombre, la criaturita desde hace unos días estaba sufriendo problemas bronquiales. “Puede que lo ocurrido se relacione con esa enfermedad, pero no lo puedo asegurar”, añadió.
También explicó que los hematomas que el bebé tenía fueron producto de golpes que le propinó otro de sus hijos de 11 años. Este, según aseguro, tiene problemas neurológicos, secuelas de una operación en el cerebro. “Es inquieto, nervioso, y siempre anda con algo en las manos. Y un par de veces uno se descuidó y al parecer por celos le pegó al bebé con un palo. Esas son las marcas que vio la médica”, se defendió.
El pequeño iba a cumplir su primer año hoy. “Teníamos todo listo para festejarle porque se lo quería mucho. Ahora estamos preparándonos para su velorio”, se lamentó Lucero.
El caso comenzó a ser investigado por el fiscal Jorge Carrasco, del Centro Judicial Monteros. El representante del ministerio público en principio no tomó medidas privativas de la libertad contra los padres de la criatura, porque todavía no contaba con el informe de la autopsia que le permitiría determinar la causa de la muerte del bebé. Una vez que tenga los resultados, definirá como seguirá el caso.