Las filiales “santas” vivieron una fiesta inolvidable

Las filiales “santas” vivieron una fiesta inolvidable

Un regreso con toda la gloria

DESDE RÍO NEGRO. Hugo Pedraza y sus hijos se deleitaron con los goles “santos”.                DESDE RÍO NEGRO. Hugo Pedraza y sus hijos se deleitaron con los goles “santos”.

Cuando Facundo Tello tomó la pelota entre sus manos y marcó el final del partido, el estadio se convirtió en una caldera. El extasis llegó a su máximo esplendor cuando los jugadores de San Martin levantaron los brazos y se quisieron fundir en un largo abrazo con la gente que mostraba su gratitud por semejante alegría.

De los miles de hinchas que estuvieron en La Ciudadela, hubo varios centenares que integran las filiales que el club tiene a lo largo del país.

Domingo Giménez, presidente de la Filial “Los Cirujas de Catamarca”, llegó en un micro acompañado por 56 personas y varios autos particulares. “Es una alegría inmensa que se nos venía negando desde hace varios años. Nosotros tuvimos la dicha de seguir al equipo por todo el país y hoy vemos cristalizar un objetivo que tenía la familia ‘santa’ desde aquel 2009, cuando perdimos la plaza en Primera división”, dijo. Giménez también contó que será uno de los argentinos que viajará a Rusia para presenciar el Mundial. “Iré con una camiseta que tendrá los colores de la Selección y de San Martín”, expresó.

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La promesa era estar presente en La Ciudadela y la distancia que los separa del “Jardín de la República” no fue un impedimento para que pudieran cumplir sus deseos. Entre la multitud, estuvo Hugo Pedraza, un tucumano que desde hace 25 años vive en Cipolletti (Río Negro). Llegó acompañado por sus hijos Matías, Gastón y Nicolás, quienes heredaron su pasión por la camiseta “albirroja”.

“Cuando supimos que San Martín definiría el ascenso en La Ciudadela, ya empezamos a planificar el viaje. No me quería perder la posibilidad de celebrar esta vuelta a Primera. Cuando vivía en Tucumán, tuve la chance de celebrar el ascenso de 1988, pero ahora esta obtención tiene un gusto muy especial porque lo compartí con mis hijos”, comentó Hugo, que vivió la fiesta desde una butaca en la platea central alta.

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Como descontaba la celebración “santa”, Pedraza comenzó a festejar antes de tiempo. En barrio Diza compartió un asado para celebrar el ascenso y la despedida de sus amigos, porque hoy tenía previsto regresar a la ciudad rionegrina.

En tanto, los integrantes de la filial “Los Cirujas de Córdoba” se reunieron en una de las casas de los familiares de tucumanos que componen esa agrupación. “Vinimos con la idea de ser partícipes de una fiesta increíble, y así fue. Estamos felices. Más allá de la consagración del equipo, pudimos festejar con la familia que nos acompañó desde Córdoba. A estos se unieron nuestros seres queridos que viven en Tucumán. Nos vamos con la dicha de que en la próxima temporada San Martín ya estará en Primera”, dijo Mario Olivera.

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