Los policías que se presentan a declarar como testigos en el juicio en el que se investiga el crimen de Paulina Alejandra Lebbos y su posterior encubrimiento, continúan generando confusión con sus testimonios y alterando el curso del juicio. Ayer, el agente Carlos Ricardo López no pudo justificar por qué afirmó que vio a Hugo Raúl Sánchez en Raco el 26 de febrero de 2006 y después se desdijo.
Luego, el comisario Gustavo Orellana no supo explicar cómo es posible que se hayan desplazado a Tapia dos equipos de la ex Brigada y que no tomaran intervención. “¿Por qué hizo un relato detallado de cómo trasladó a Sánchez y luego se retractó?, le preguntó ayer el abogado querellante Emilio Mrad a López, durante la rueda de preguntas aclaratorias. El miércoles, el testigo había contado que el mismo día en que desapareció Paulina hubo una reunión en la casa de un familiar del ex secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, de la que también participaron Hugo Sánchez y Enrique García.
El testigo afirmó que él esperó afuera de esa vivienda una hora, hasta que los otros salieron y se dirigieron hasta la comisaría de Raco, donde López descendió. Pero a continuación, y ante una consulta de José Luis Chaván, el testigo se desdijo y afirmó que Sánchez no participó de ese encuentro.
Tanto Chaván como Gustavo Morales, representante de Di Lella, se opusieron a que el testigo aclarara la cuestión. El tribunal permitió que respondiera al considerar que la pregunta estaba correctamente formulada. “El testigo refirió una cosa y luego otra. Las partes tienen dudas que el testigo debe aclarar”, indicó el fiscal de Cámara, Carlos Sale. “Esta querella va en busca de la verdad. Las pruebas acreditan que llevó al jefe de Policía”, consideró Mrad. “Esto lleva al avasallamiento procesal de mi defendido”, se quejó Chaván.
En su momento, Sánchez afirmó que estuvo en Raco, pero dijo que asistió a un evento social. Para Alberto Lebbos, esa noche se preparó el encubrimiento. Finalmente, López respondió: “Si el libro dice que estaba (Sánchez) puede ser que sí, pero yo no recuerdo haberlo visto”.
El miércoles, el testigo aportó información que no constaba en el libro de novedades del puesto de control vehicular de la comisaría de Raco. López había asegurado que Sánchez, García y Di Lella lo fueron a buscar a la sede policial y que le pidieron que los acompañara. “Ellos bajaron y quedé en la camioneta. Estuvieron aproximadamente una hora. No recuerdo si después me dejaron en el puesto de control o en la comisaría. En la casa no había otro vehículo, solamente la camioneta. No vi a nadie más”.
Hubo un incidente entre un familiar de uno de los imputados y uno de los jueces
“Evitemos estas situaciones. Lo que se tenga que peticionar que sea estrictamente técnico. El público tiene que guardar el decoro y el respeto al tribunal y a las partes. La Policía fue avisada. La persona que incurrió en esa falta podría ser excluida de la audiencia”, indicó Rafael Macoritto. “No fue un incidente mayor. Sí considero que fue fuera de lugar. Las partes tienen derecho a tener sus percepciones pero las deben canalizar por las vías correspondientes”, aclaró Carlos Caramuti. Aunque los jueces no dieron nombres, tras la advertencia, Luis Chaván, abogado de Hugo Sánchez, pidió disculpas: “Esta persona estuvo impulsada por cuestiones de sentimiento. No tiene conocimiento de cuestiones legales. Eso no se va a volver a repetir”, dijo.
Pedido
El juez Rafael Macoritto solicitó a los abogados que mantengan el orden, pidan la palabra y que no den indicaciones a los magistrados sobre cómo deben dirigir el debate.
Precintado
“El primer día se hizo un precintado básico y después, un vallado más amplio”, señaló Orellana, dando a entender que no se resguardó correctamente la escena.
Presión
“Aquí la presión nos sube a 20”, dijo Luis Chaván, abogado de Hugo Sánchez, para explicar cómo viven los letrados los momentos de mayor tensión en el debate.
El dato del día
Ninguna tarea en el lugar del hallazgo
El comisario principal Gustavo Orellana tiene más de 20 años en la fuerza. En 2006, tenía el rango de oficial auxiliar y era el secretario privado del comisario Raúl Ferreyra, quien era subdirector de la ex Brigada. Orellana fue quien tomó declaración a Alberto Lebbos cuando denunció la desaparición de Paulina. Pero no pudo justificar algunas de esas actuaciones. Por ejemplo, manifestó desconocer los motivos por los que en la noche del sábado 11 de marzo de 2006, al menos dos equipos de esa unidad especial se dirigieron hasta la zona del hallazgo y, según su versión: “no realizaron ninguna tarea”. “¿Fueron dos equipos y no hicieron ninguna tarea?, preguntó Emilio Mrad, abogado de Lebbos. El testigo explicó: “Ferreyra estaba de turno. Nos dijo que vayamos a Raco y nos pongamos a disposición de (Rubén) Brito. Hasta ahí, sólo sabíamos que habían encontrado un cuerpo”, explicó. Agregó que al llegar vio a Brito, García y Di Lella. “Había muchos policías cortando el tránsito y curiosos. Hacia la derecha había cuatro o cinco vehículos estacionados”, contó. Según su testimonio, ese día no realizaron ninguna tarea y al día siguiente, participaron de un rastrillaje.