“Las impericias ponen en riesgo la vida”

“Las impericias ponen en riesgo la vida”

Para el Instituto de Historia y Patrimonio de la UNT, “la antigüedad de un edificio no implica un peligro en sí misma”, sino la falta de mantenimiento

PARA EVITAR OTRO DERRUMBE. Ayer, se realizaron los trabajos para desarmar las estructuras dañadas del ex Parravicini, al ser consideradas de riesgo. la gaceta / Foto de José Nuno
26 Mayo 2018

La caída del edificio del ex cine Parravicini, que provocó las muertes de Cora Sosa, Miguel Morandini y Víctor Hugo Aranda, además de dos heridas, ha repercutido en la comunidad de arquitectos y especialistas en urbanización de la provincia.

El Colegio de Arquitectos de Tucumán (CAT) emitió ayer un comunicado institucional para expresar la solidaridad y las condolencias a los familiares de las víctimas de la tragedia. De la misma forma, la entidad remarcó que no marcará una posición respecto del derrumbe, “hasta tanto no se den a conocer oficialmente los resultados de las pericias técnicas”.

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En esa línea, el Consejo Directivo de la institución ratificó que está a disposición para trabajar como un ente consultor y asesor de la Municipalidad de la capital o de cualquier otro organismo que lo requiera, “para la prevención y solución a todo inconveniente que pueda surgir en la ejecución de obras de diferentes características”.

Por su parte, el Instituto de Historia y Patrimonio Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) se expresó ayer, al afirmar que “lo que supone un riesgo para la vida de los habitantes de una ciudad no es la presencia de edificios antiguos, sino las impericias, las mezquindades constructivas, la falta de mantenimiento, entre otros motivos”. En una nota firmada por su directora, Ana Chiarello, este cuerpo académico manifestó además su pesar por la fatalidad.

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El Instituto dijo en que tuvo que salir a aclarar conceptos vinculados a la conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano de la ciudad, ante la preocupación de la población y, sobre todo, “ciertas opiniones” vertidas sobre este tema en los últimos días, luego del derrumbe, el miércoles, de la estructura centenaria ubicada en calle 24 de Septiembre al 500, en la capital.

“La antigüedad de un edificio no implica un riesgo en sí misma. Existen muchos edificios muy antiguos en todas las ciudades del mundo, que, en buen estado de conservación, no suponen ningún riesgo para la población. Basta pensar, como ejemplo, en cualquier ciudad europea, donde edificios con varios siglos de antigüedad son usados o visitados a diario por miles de pobladores y turistas sin ningún riesgo”, acentuó.

También, recalcó: “nadie podría sostener hoy la necesidad de demoler edificios tan valiosos para nuestra historia como la Casa Histórica, la Catedral, o cualquier otro ejemplo de arquitectura institucional o doméstica, de modo preventivo porque requieren trabajos de mantenimiento que aseguren su perdurabilidad.

La entidad acentuó que, si bien en Tucumán se ha tomado conciencia en los últimos años del valor que tiene el patrimonio cultural, a partir del impulso de instituciones para su preservación, entre ellas, la promoción de la Ley Provincial de Patrimonio Cultural, “es indiscutible que esto no alcanza”.

“Es necesario que el Estado, en sus diferentes niveles y expresiones, asuma una política pública de protección no sólo del Patrimonio Cultural de nuestras ciudades, sino también de la calidad de vida de sus habitantes”, señaló la entidad. En la nota, inclusive, apuntó a que “no existe política pública sin que se destinen recursos, tanto económicos como humanos, para el desarrollo”. “Claramente, esta es una deuda pendiente”, enfatizó.

En la Legislatura, el parlamentario Emiliano Vargas Aignasse, de la bancada oficialista Tucumán Crece-PJ, presentó una nota al presidente de la Legislatura, Osvaldo Jaldo, para que el cuerpo solicite a la Municipalidad de la capital información sobre edificios que corran riesgo de derrumbes.

“Consideramos que los lamentables hechos acontecidos no deberían ser un retroceso en la madurez alcanzada por la sociedad, frente al legado cultural de las generaciones que nos precedieron, sino el punto de partida para que como sociedad exijamos el compromiso y las acciones efectivas de quienes tienen la obligación de proteger este patrimonio y la vida de todos los habitantes”, finalizó el comunicado del Instituto.

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