Generó mayor expectativa el resultado de la elección relativa a la forma de emisión del voto que la renovación de autoridades rectorales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) para los próximos cuatro años. El sufragio secreto establecido en el reglamento ganó los comicios de ayer con lo justo: 77 voluntades, tres más que el voto cantado o “a viva voz”, como lo llamó la presidenta de la Asamblea Universitaria, Adela Seguí. Con la modalidad del cuarto oscuro y la boleta de papel manuscrita o impresa, 133 asambleístas -había 151 en total, por la ausencia de cinco- bendijeron la fórmula oficialista integrada por los ingenieros José García y Sergio Pagani. Los opositores Eduardo Ruiz Pesce y Juan Jamroz lograron tres votos, una cosecha menor a la de las boletas en blanco (9) y a la de las nulos (6).
En términos rigurosos, la Asamblea reeditó -con idéntico desenlace- la discusión desarrollada en noviembre, en el ámbito del Consejo Superior. En aquella oportunidad, el mecanismo del voto secreto se impuso por la mínima diferencia: un sufragio. Entonces y al igual que ayer, los promotores del cambio por el voto nominal esgrimieron razones de transparencia y la necesidad de exhibir las decisiones frente al electorado de cada estamento que los había ungido para participar en la Asamblea de este miércoles (aplica el régimen de elección indirecta). Distintas voces plantearon que “el cuerpo era soberano” para modificar las reglas antes de proceder a votar por el rector y el vicerrector -nadie mencionó que la definición del asunto corresponde al Superior por disposición del artículo 22 del Estatuto en vigor desde 1995-. Los defensores del sufragio secreto recordaron que este está vigente para la elección de las autoridades de los poderes del Estado; que era la forma de garantizar que no hubiese presiones y que no se habían dado motivos sustanciales para dejarlo de lado.
La votación para determinar cómo se iba a votar, valga la redundancia, fue nominal: en general, alumnos y no docentes avalaron el sufragio cantado. El conjunto de los representantes de la Facultad de Medicina, con el decano Mateo Martínez a la cabeza, se inclinó por el cambio. La contrapartida de esa “adhesión masiva” fue la Facultad de Odontología que dirige la decana Liliana Zeman, cuyos integrantes se volcaron -sin fisuras- por el mantenimiento del voto secreto.
LA ACTUACION DE BARDÓN.- La Asamblea Universitaria había sido convocada a las 9, pero comenzó una hora más tarde. Luego de que tomaran asistencia y se detectaran los cinco ausentes (en total, participaron 151 asambleístas), ingresó la rectora saliente Alicia Bardón. “Los felicito. Es un honor para la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) haber llevado adelante este proceso electoral complejo y diverso, que resulta un ejemplo de democracia universitaria”, expresó. Luego convocó a elegir a las autoridades propias. Rosa Castaldo, decana de Psicología, propuso a tres pares: Adela Seguí (Derecho) para la presidencia, y Mercedes Leal (Filosofía y Letras) y Juan Ramazzotti (Arquitectura y Urbanismo) como secretarios. La conformación del estrado (ver fotografía de la derecha) fue aprobada por amplia mayoría.
UNA MOCIÓN RECHAZADA.- Bardón había abandonado el anfiteatro del Centro Cultural Virla y las autoridades de la Asamblea ya habían tomado asiento en el escenario cuando Florencia Nanni, representante de Ciencias Exactas, pidió la palabra. La asambleísta mocionó para que se permitiera ingresar a integrantes del “gremio”, a secas, quienes deseaban dirigirse a los asistentes. Nanni luego precisó que se refería a los dirigentes de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (Adiunt), entidad que dirige el secretario general Ariel Osatinsky. La propuesta no prosperó: sólo 54 asambleístas votaron a favor. Antes del comienzo del acto, Osatinsky había repartido volantes que llamaban la atención sobre el hecho de que las escuelas medias de la UNT siguen al margen del proceso electoral.
EL ESTUDIOSO.- Marcos Ponssa aprovechó el tiempo. Mientras pasaban a votar, de a uno, los 151 asambleístas presentes, el representante de Ciencias Naturales abrió un libro de Paleontología y se puso a estudiar (ver fotografía de la izquierda). El alumno de 27 años comentó luego, cuando se retiraba del Virla, que le faltaban tres materias para recibirse. “Fueron unos comicios tranquilos y diplomáticos. Por suerte no hubo incidentes. Así debe ser”, dijo a modo de evaluación.
La oposición
RUIZ PESCE DIJO QUE HAY UNA INERCIA EN LA UNIVERSIDAD
A la fórmula opositora de Eduardo Ruiz Pesce y Juan Jamroz no les sorprendió la derrota. Ambos manifestaron ayer, en el vestíbulo del Centro Cultural Virla, que se habían presentado a los comicios rectorales para “mover el avispero” de la Universidad Nacional de Tucumán (Ruiz Pesce había conseguido un voto en el turno electoral pasado).“Nosotros estamos contentos por haber participado. El resultado (favorable a José García y a Sergio Pagani) era previsible y esperado, aunque creíamos que íbamos a sacar algunos sufragios más. Pero mañana (por hoy) seguiremos luchando con esperanza y optimismo”, expresó Ruiz Pesce. Y añadió: “la sociedad no tiene los gobernantes que merece, sino los que más se le parecen. La comunidad universitaria está en la inercia de que las cosas siempre van a ser así, como en el presente. Nosotros apostamos y vamos a luchar para que las cosas sean distintas”. Jamroz, por su parte, aprovechó la oportunidad para pedir un régimen electoral directo que, según su criterio, es fundamental para acabar con “el saqueo a la Universidad, los arreglos preelectorales y los miedos que a veces se infunde”. “Yo acompañé a Ruiz Pesce porque quería que haya debate. Como dice el papa Francisco, vinimos a hacer lío”, reflexionó el candidato a vicerrector.