El titular de la OEA pidió mitigar la desigualdad
El gobernador, Juan Manzur, celebró la visita de Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), durante la reunión de la Zona de Integración Centro Oeste de América del Sur (Zicosur). La integración regional fue el objetivo trazado en los discursos.
Más democracia, más derechos, más seguridad y más educación. Esos fueron los cuatro pilares claves para que la región pueda contrarrestar las desigualdades según el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. El uruguayo, ex canciller durante la presidencia de José “Pepe” Mujica, visitó Tucumán para participar del plenario de la organización Zona de Integración Centro Oeste de América del Sur (Zicosur).
El Salón Blanco de la Casa de Gobierno estuvo colmado de gobernadores e intendentes de Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Perú, Chile y Argentina para el acto oficial de apertura de la reunión plenaria, por primera vez en la provincia -se sumaron emisarios de Ecuador, aunque no forma parte del cuerpo-. Entre los mandatarios y representantes latinoamericanos se mezclaron los funcionarios provinciales, legisladores y concejales de la capital, casi todos afines al PJ. El radical Ariel García, tercera autoridad de la Legislatura, cuchicheaba cerca del estrado. También dijeron presentes en la cita el radical Raúl Albarracín y la peronista disidente Stella Maris Córdoba.
“Debemos dar fuerza y vigor a los espacios nacionales. Las instituciones le dan soluciones a la gente, las instituciones son las que sostienen el sistema político, dan las reglas de juego y aseguran que se cumplan”, fue la introducción de Almagro, tras agradecer la invitación y sonreír al gobernador, Juan Manzur, y a su vice, Osvaldo Jaldo.
Explicó que la OEA no impondría una agenda a los miembros de la Zicosur, sino que tomarían la agenda que se defina en los plenarios. “Nuestra identidad no debe ser negociable, sin identidad no hay forma de ir hacia adelante. La fuerza viene de adentro”, dijo a modo de prólogo para apuntar al eje de su discurso: la desigualdad. “Debemos trabajar fuertemente para resolver la desigualdad, porque condiciona nuestras democracias. La desigualdad marca a fuego, por eso somos todavía el continente más desigual del mundo. Esto está dado por 200 años de historia. Disculpenmé la orientalidad, pero (José Geravasio) Artigas puso en el reglamento provisorio para la campaña, en 1815, la premisa de que los más infelices deben ser los más privilegiados. Y estableció una serie de prioridades para lograr equidad: las viudas con hijos, los afrodescendientes y los indígenas. Más de 200 años después, en mi país la pobreza está marcada de la misma forma. Madres solteras, los afrodescendientes y los indígenas”, sostuvo. Y agregó: “son problemas estructurales que tenemos que atacar. Debemos construir espacios de igualdad, que nos hace libres, demócratas, y crea condiciones de oportunidad para todos”, dijo Almagro levantando el tono de la voz y despertando los aplausos del salón.
En su cierre, el titular de la OEA puso el énfasis en la educación: “si hay una distancia que debemos recorrer desde donde estamos hasta el desarrollo, nos la dará el conocimiento y la educación de nuestra gente”.