Claudio Maley rindió ayer uno de los más duros exámenes que debió afrontar desde que asumió como ministro de Seguridad. Horas después de que realizara una polémica declaración sobre el narcotráfico en la provincia, legisladores oficialistas y opositores que integran la Comisión de Seguimiento de la Ley de Seguridad le pidieron explicaciones acerca de sus dichos.
Luego de que el gobernador Juan Manzur pusiera en funcionamiento la secretaría de Lucha contra el Narcotráfico, Maley declaró: “el narcotráfico puede tener contacto en Tucumán, pero no es el origen ni el destino”. Por esas palabras, los legisladores le demandaron que diera razones. “Se le solicitó que ratifique o rectifique sus dichos”, explicó Julio Silman, presidente del cuerpo, que confirmó además que fue un tema que no estaba dentro de la agenda.
Como a la reunión no se le permitió el ingreso de la prensa, ni se tocó el tema en el comunicado oficial del encuentro, varios de los participantes dijeron que el funcionario habría afirmado que sus palabras habrían sido malinterpretadas y que había que ver “quién y cómo lo escribe y con qué intencionalidad lo hace”.
Según Maley, Tucumán no es origen ni destino del narcotráfico
Luego explicó que, en realidad, había querido afirmar que la droga se produce en el exterior; que ingresa al país y pasa por Tucumán; que algo queda, pero que la provincia no sería un centro de acopio de estupefacientes. Sobre los clanes, de acuerdo con las versiones recogidas, indicó: “tenemos que ser sinceros; son tres familias que viven del delito. Estamos muy lejos de lo que se vive en Santa Fe y tampoco esas tres familias pueden mover toda la estructura del Estado”.
Otra visión
“Para mí la única verdad es que los barrios están llenos de droga. Cómo llega, cómo se instala y cómo se distribuye es una cuestión que se debe investigar y combatir. Evidentemente no hay que subestimar el problema. Hay que entenderlo y analizarlo con la gravedad que se merece. La impresión que tengo es que la sustancia está en todos lados”, destacó Silman.
La también oficialista Stella Maris Córdoba, quien pidió la aclaratoria del ministro, dijo que no quedó conforme con la respuesta. “Si bien es cierto que ratificó algunos términos, no ofreció los datos estadísticos que se necesitan para comprobar sus dichos. Sus palabras contrastan con testimonios de las madres y con los militantes que nos cuentan que crece el consumo en los niños. Además, no puede afirmar eso cuando se creó una secretaría de Lucha contra las Drogas”, explicó.
“Este gobierno ha decidido entablar una lucha contra el narcotráfico”, enfatizó Manzur
El opositor Fernando Valdez también cuestionó los dichos de Maley. “La existencia de ‘cocinas’ que se descubrieron en varios allanamientos demuestra que en la provincia existe elaboración de cocaína y, por lo tanto, no somos sólo un lugar de tránsito. Maley -agregó el radical- relativiza y expone de una forma poco apropiada. Lo que dijo el ministro es inexacto y poco riguroso porque tucumán sí es un centro de acopio. Me parece una contradicción importante. Sus palabras no son lo que dicen los datos que uno maneja. Si no se reconoce la realidad, empezamos mal”.
José María Canelada explicó que el gobernador Manzur y el ministro Maley “parecen ser funcionarios de provincias distintas. Uno sostiene que Tucumán le ha declarado la guerra al narcotráfico, y el otro minimiza la gravedad de la situación por la que atravesamos y asegura que seguirán trabajando como lo vinieron haciendo hasta ahora, es decir, haciendo nada”.
“Aún no somos México, pero existe un embrión de narcoestado que está creciendo”
“Los tucumanos vivimos angustiados: la provincia parece gobernada por bandas narcos, que dirimen sus diferencias en las calles y a los tiros. Vemos en la prensa declaraciones en las que cuentan que hay políticos y miembros de la fuerza de seguridad que comen asado con los líderes de estos clanes. Y para Manzur y Maley es como que aquí no pasara nada. Si de verdad se quiere declarar la guerra al narcotráfico hay que demostrar acciones concretas, pedir que se investigue quiénes son los que mantienen relación con estos señores de la muerte”, concluyó el radical.
Los casos de los tres últimos años
"La jefa” Sánchez
Carla “La Jefa” Sánchez fue detenida en un country en 2015. Está acusada de dirigir una banda narco que acopiaba cocaína y marihuana en Tucumán y la distribuía a varias provincias.
La banda de Trayán
El grupo que integraba el empleado legislativo Julio Trayán es desarticulada en septiembre de 2016. Están acusados de acopiar la droga en esta tierra y distribuirla en varias provincias.
Dos proveedores
Luis “Gordo Vaca” y Rubén “Seco” Ale Astorga son detenidos en noviembre de 2016. La Justicia los acusó de proveer droga a varios quioscos de Tucumán y de otras provincias.
“La cabezona” Gómez
Nilda “La Cabezona” Gómez y Miriam “La Negra” Soria fueron detenidas en junio de 2017, bajo sospecha de traficar cocaína para abastecer los quioscos de narcomenudeo de la provincia.
“Tony”, en Burruyacu
En noviembre de 2017, en una localidad de Burruyacu fue detenido “Tony” Lobo. Fue acusado de dirigir una organización que traía la droga desde Salta y la distribuía a varias provincias.
El empresario narco
Francisco Ruoti fue detenido en Santiago del Estero cuando trasladaba 40 kilos de cocaína. La Justicia cree que en su casa de Yerba Buena acopiaba la droga y luego la distribuía en el país.
“La banda de Mario”
“La Banda de Mario” fue desarticulada durante el mes pasado en Orán, Salta. Se trata de un grupo que traía 20 kilos de cocaína por semana para distribuirla en capital, Famaillá, Monteros, Bella Vista y Acheral.