Los expertos de Criminalística y de Laboratorio de la Policía comenzaron a analizar algunos de los restos que recolectaron durante las pericias efectuadas sobre el Peugeot 205 hallado frente a un domicilio de San Juan al 3.700, en el barrio Agua y Energía.
A bordo de ese vehículo se habría desplazado el futbolista Francisco Gramajo en la mañana del martes, cuando embistió al ciclista Marcos Diosquez, en avenida Mate de Luna al 3.500. Según las fuentes consultadas, se levantaron, desde la parte externa del rodado, algunos restos que podrían ser biológicos. Esos elementos serán sometidos a otros exámenes que permitirán clasificarlos con mayor precisión.
Una vez que estén listos esos análisis, los resultados serán remitidos a la Fiscalía IV en lo Penal, de Claudio Bonari, quien está al frente de la investigación.
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El miércoles, un dato reservado permitió que la Policía ubicara el rodado. Estaba estacionado sobre la vereda y cubierto por una lona negra.
Mientras los policías se presentaban en el lugar, Gramajo se presentó ante la Justicia. Quedó detenido por disposición del fiscal. Hasta el momento no se confirmó si prestó declaración.
Los investigadores intentan establecer si el auto fue dejado en ese lugar momentos después del mortal impacto, ocurrido a siete cuadras de ese lugar, o si fue dejado con posterioridad.
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Gramajo fue sometido a los análisis de rigor a más de 24 horas después del trágico suceso, por lo que los resultados no permitirían establecer si el conductor habría estado bajo los efectos del alcohol.
Hipótesis de la fuga
El caso despertó la polémica entre los penalistas. Algunos abogados sostienen que al abandonar a la víctima y ocultar su vehículo, Gramajo intentó obstruir la Justicia. Otros señalan que si bien el joven futbolista pudo huir por una crisis de nervios, no descartan que se haya tratado de una estrategia para eludir los análisis de alcoholemia.
“Tendría que haberse representado que con su acción indefectiblemente iba a ocasionar la muerte de esta persona. Es una obstrucción grave al proceso penal haber huido y ocultado el auto. Escondió pruebas fundamentales, abstrayéndose de la Justicia”, señaló Gustavo Carlino.
“La persona que se fuga causa un grave daño a la investigación. Es un riesgo en el proceso que da pie a una detención. Esto ocurre con personas que iban alcoholizadas y que se presentan ante la Justicia después, cuando ya no se puede detectar el alcohol en la sangre. Argumentan el miedo y los nervios por la magnitud del hecho”, explicó José del Río.
“Por supuesto que 24 horas después del accidente, los datos que arrojarán los análisis de alcoholemia serán diferentes a si los hubiera realizado en el momento”, opinó Miguel Rocchio.
“Este tipo de eventos viales son considerados delitos, más allá de que tengan responsabilidad o no”, agregó del Río.
Para Rocchio, se trata de un delito culposo. “Eso deviene de la falta de intención. Lo reprochable es la actitud posterior”, dijo.