“Reviví el dolor por la muerte de mi hermano”, dijo Clara Pucheta

“Reviví el dolor por la muerte de mi hermano”, dijo Clara Pucheta

La referente de Estrellas Amarillas pidió educación vial en las escuelas. El canillita fue atropellado y abandonado en julio de 2010.

“Reviví el dolor por la muerte de mi hermano”, dijo Clara Pucheta
03 Mayo 2018

“Pasaron casi ocho años y no cambió nada. Notamos la falta de una decisión política de introducir la educación vial en las escuelas, al parecer no es una prioridad”, se lamentó Clara Pucheta, hermana del canillita Raúl Marcelo Pucheta, quien falleció el sábado 10 de julio de 2010 luego de ser embestido por un conductor que escapó.

“Cuando leí las noticias me parecía revivir todo el dolor por la muerte de mi hermano. La diferencia es que ahora hay cámaras. En ese entonces, tuvimos que hacer un trabajo personal, con marchas, pidiendo justicia”, recordó.

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“Es una locura que siendo seres humanos tengamos que portarnos como animales. Cuando uno comete un error se tiene que hacer cargo, con educación eso cambiaría. A cualquiera le puede pasar vivir una situación limite, pero la reacción posterior es lo que debemos trabajar como seres humanos”, sostuvo. Pucheta es una de las referentes de “Estrellas Amarillas”, organización integrada por familiares de víctimas de tragedias de tránsito y que tiene como objetivo trabajar en la concientización vial.

“Si no se cambia desde las bases difícilmente cambiemos nuestra idiosincrasia. La escuela es el ámbito ideal, pero la educación vial no existe”, consideró

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El canillita, de 50 años, fue embestido por Gonzalo Callejas, el conductor de una camioneta que cruzó el semáforo en rojo y se dio a la fuga. El choque ocurrió en Mate de Luna y Alfredo Guzmán cuando Pucheta circulaba en su bicicleta repartiendo diarios.

En esa oportunidad, pasaron tres semanas hasta que se consiguió encontrar el vehículo que lo mató. Fue un correo electrónico el que dio aviso del lugar donde estaba escondida la camioneta. La Policía allanó una casa en avenida Aconquija al 1.200, en cuyo garaje estaba la Nissan Frontier de Callejas, quien se entregó al día siguiente. Fue condenado en 2015 a cuatro años y un mes de prisión y a no conducir vehículos durante 10 años.

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