Un joven de 20 años concurrió a un hospital para sacarse una muela y terminó muerto. Sus familiares denuncian que hubo mala praxis.
Ignacio Osterrieth es el nombre del joven que vivía en Flores, Buenos Aires. Se acercó al hospital de la zona por un fuerte dolor en su muela que se le había comenzado a esparcir por la garganta. Previamente, a fines de marzo, el joven había visitado al dentista pero por algún motivo el profesional no pudo extraérsela en ese momento.
Ignacio regresó al hospital el miércoles 28 de marzo, previo a las Pascuas, debido a que el dolor de garganta le impedía hablar. Allí le diagnosticaron amigdalitis y le dieron reposo por 72 horas. El viernes de esa misma semana tuvo que ser internado porque no podía respirar.
“No podía hablar ni respirar y escupía sangre. Dijeron que tenía faringitis”, expresó su madre, Milagros Venturo. “El doctor decía que era un mañero y que había que dormirlo para que se tranquilazara”, agregó.
El lunes siguiente Venturo se enteró que su hijo debía ser trasladado de urgencia a un hospital de La Plata y que le quedaban horas de vida. Ese mismo día fue intervenido quirúrgicamente pero sin esperanza alguna, según contó su mamá.
Osterrieth falleció el 11 de abril a causa de una mediastinitis aguda (inflamación de los órganos del mediastino causada por una infección), según informó el sitio Misionesonline. “En La Plata nos dijeron que la bacteria era de alta mortalidad pero que si se operaba antes podría haber tenido posibilidades de vivir. Esto se podría haber evitado”, dijo la mujer.
Venturo denunció al centro de salud por abandono de persona. La familia pide justicia y ya organizó una marcha para el próximo martes.