El “artista” oportunista que conquistó a Atlético en La Paz

LA PAZ (Nicolás Iriarte, enviado especial de LG Deportiva).- “¿Cómo es el nombre de tu papá?”, le pregunta LG Deportiva a Hortensia Maité Dávila Carballo, una niña paceña de apenas de 12 años que tiene una sonrisa a medias dibujadas en el rostro y un cuadro en la mano con otro dibujo. “No tenemos celular nosotros”, responde con una ternura tan alta como el aeropuerto donde está en la siesta del miércoles. Había entendido “número”, por “nombre” pero al rato lo corrige.

“Se llama Juan David” responde por su padre, de 55 años. Él, otro paceño, está ocupado correteando jugadores de Atlético con más cuadros. Estos, para sorpresa de toda la delegación “decana”, están enmarcados caricaturas de más de 10 de los jugadores de Atlético para vendérselos. Con su nombre, un paisaje similar al de su posición y unos detalles a color.

“Buscamos las fotos de sus caras en la página de Facebook del club y él los dibujó”, dice Hortensia que hasta para hablar de redes sociales maneja la delicadeza como lenguaje.

Javier Toledo y Augusto Batalla son los primeros en toparse con un pequeño stand que se armaron Juan y su hija para la ocasión, a la salida de la puerta que recibe los vuelos nacionales. En este caso, el que trajo al plantel de Atlético desde Santa Cruz de la Sierra hasta La Paz.

Ambos jugadores se aseguran el cuadro pagando lo que corresponde ($600 argentinos) y prometen retirarlo a la vuelta, cuando el partido haya finalizado y tengan que regresar a Tucumán.

Alejandro Sánchez se desespera por tener el suyo. “¿Tú eres Sánchez verdad?”, lo reconoce Juan David que promete dibujarlo con la misma delicadeza con la que habla su hija. “Pero estabas sin barba en la foto”, le dice el artista que al parecer se ha estudiado todas las caras del “decano”.

“Nos conoce más que nosotros”, bromean luego los jugadores. Quizás no sea eso. Quizás es eso tangible que no se puede ver y que suele rodear y contextualizar los partidos de Copa Libertadores.