En el sur tucumano el incremento del costo de vida, a partir de la suba de tarifas de los servicios públicos y la escasez de trabajo, profundizó la demanda de asistencia social. Las intendencias afrontan esa crisis socioeconómica ya que en los últimos tiempos, según han revelado algunos intendentes, se vieron obligados a incrementar en más de un 40% los presupuestos destinados a contener a miles de familias pobres.
Los jefes municipales de Simoca, Alberdi y La Cocha, de signo peronista, tildaron la coyuntura social como muy crítica. En cambio, el de Concepción, enrolado en Cambiemos. declara que su municipio vive cierto alivio en razón de las fuentes laborales que generan los casi 20 frentes de obras que tiene en ejecución, con recursos propios y de la Nación.
Simoca asfixiada
En la “Capital del Sulky” se vive un drama socioeconómico es el más patético en razón de tener una población de 17.000 personas con un nivel de desempleo y sub-empleo que ronda el 50%, según se informó. “Atravesamos una crisis gravísima con cientos de personas que recurren a nosotros a pedirnos ayuda para pagar la luz o comprar alimentos. Y son facturas que oscilan entre $ 2.500 y $ 4.500. Está claro que nosotros no la podemos solventar, pero ayudamos con algo. El que la paga se queda sin recursos para comer”, planteó Marcelo Herrera, intendente de Simoca.
“El reclamo de asistencia social nos obliga a suspender obras públicas para priorizar la atención de los sectores más vulnerables, entre ellos jubilados y desocupados que piden alimentos o remedios”, añadió. Simoca tiene un presupuesto de $ 3 millones para atender ayudas sociales que involucran a beneficiarios que cumplen algunas tareas de mantenimiento de la ciudad. Herrera, en tanto, está en procura de poner en marcha comedores escolares para tratar de contener a niños y adolescentes que estudian en el municipio. “A nuestra intendencia no solo recurre gente de nuestro municipio, sino también de poblaciones rurales como Villa Chicligasta u otras de los alrededores”, añadió el oficialista. “Las cooperativas de trabajo dejaron de funcionar, la Nación no nos está aprobando ningún proyecto laboral y hay que sobrevivir endeudándonos con la Provincia” se quejó Herrera.
En Alberdi
Sandra Figueroa, intendenta de Alberdi, acotó que frente a la marea de demandas de ayudas sociales de vecinos, “ahogados por los tarifazos en los servicios de electricidad y gas, principalmente”, el municipio está priorizando la contención social antes que la obra pública. “Nos preocupa atender a gente a las que ya no les alcanza para comer. Y son estas las que, en algunos casos desesperadas, recurren a pedirnos ayuda. Hay jubilados y trabajadores temporarios que, luego de pagar la luz, se quedan sin un peso”, apuntó, Figueroa, esposa del actual secretario de Grandes Comunas y ex intendente de Alberdi, Luis Campos.
“No les podemos pagar los servicios públicos, pero al menos a esos vecinos necesitados le brindamos alimentos, útiles escolares y calzados para los niños. Al mismo tiempo estamos contribuyendo al funcionamiento de comedores escolares”, sostuvo. “Lo que empeora la situación es la falta de nuevas fuentes de trabajo y la mayoría son obreros agropecuarios que no todos los días trabajan”, advirtió.
En el extremo sur
Leopoldo Rodríguez (h), intendente de La Cocha, aseguró que el presupuesto destinado a ayudas sociales en ese municipio debió ser incrementado un poco más del 30% a causa del desborde de pedidos de ayuda de la gente afectada por los aumentos en los servicios públicos y la caída del salario y el empleo.
“Aquí no hay trabajo seguro. La mayoría se desempeña en tareas agrícolas que, como en el cultivo de tabaco, no están teniendo buenos años. El subempleo es elevado y solo tienen trabajo seguro los que se desempeñan en dependencias del Estado o en comercios”, describió el peronista.
“La crisis que se vive impacta directamente en la Intendencia, que acusa una caída en los ingresos por recaudación y aumento en los egresos frente a la urgencia de atender a los reclamos de ayuda de los vecinos”, observó Rodríguez. “Hay jubilados que nos vienen a pedir colaboración para poder comprar sus medicamentos o alimentos, como otros vecinos. Es lamentable pero es lo que está sucediendo”, aseguró.