Se escucha en los boxes. Se analiza en reuniones privadas. Pero son pocos los que se animan a decirlo de frente: los costos del automovilismo nacional están por las nubes. La resultante: pilotos (fundamentalmente los que no son de los grandes centros operativos) que hacen equilibrio para seguir compitiendo, que seleccionan las competencias más cercanas o que directamente deciden bajarse, con la esperanza de que algún día mejore el panorama.
En los casos que se destacan en notas aparte, hay un común denominador: el factor presupuestario. Pero también afloran situaciones tales como distanciamientos por decisiones reglamentarias; obligaciones particulares y laborales por cumplir; elección de otras prioridades luego de haberlo dado todo en las pistas; falta de resultados; cansancio por pelear contra la corriente. Y así, un largo etcétera que involucra a nombres consagrados o reconocidos, y a los no tanto.
Peter Olaz no corre el fin de semana en el Top Race Series; Carlos Moreira Gibilisco no pudo hacerlo este año en la Fórmula Renault Plus; Esteban Simonetto decidió estar en carreras aisladas y, Tulio Antonini, tomarse las cosas con calma. Son pilotos de reconocida trayectoria en sus disciplinas. ¿Si hay más? Claro. En las diversas categorías pisteras, los casos se multiplican. Los citados llaman la atención por un panorama tucumano de poco más de 20 corredores estables en categorías pisteras, entre nacionales y regionales.
Las tendencias son crudas: hoy parece valer más aportar un buen presupuesto que ayudar al talento; a nuestros pilotos y preparadores (que los hay, y muy buenos) los afecta una enormidad no contar con un autódromo para practicar; el apoyo que se consigue no se sostiene en el tiempo. Tampoco hay una decidida política dirigencial para impulsar el desarrollo. Mientras, el show sigue, pero pierde figuras semana a semana.
En dos fechas que lleva efectuadas el Top Race Series, Peter Olaz fue 4° en Paraná y abandonó en Río Cuarto. A esta última carrera casi no la efectúa, por falta de apoyo. Logró acelerar al final un Toyota, por el apoyo del equipo JLS Motorsport. Pero, en el desafío de Concordia del fin de semana, él no estará en pista.
“La falta de resultados en 2017 me ‘mató’. Pero también la falta de apoyo en Tucumán. No sé qué pasa, aquí no hay inversión en los pilotos que hacemos automovilismo de pista. Y como las cosas se pusieron complicadas, tomé una decisión en familia de parar un poco. Ojalá esto traiga luego algo bueno.”
Peter dijo que no quiere sentirse mal, que sabe de su potencial pero que con eso solo no alcanza. “No puedo seguir pidiéndole apoyo a mis amigos, ya mucho hicieron, no daba para seguir así. En su momento, puse plata hasta de donde no tenía para seguir, pero ya está. Igual voy a viajar a Concordia para no perderme del ambiente, para mostrar que estoy al pie del cañón”, aseguró.
La situación lo pone triste, pero Olaz no se entrega. “Sigo entrenando, de hecho lo estoy haciendo en karting, con amigos como Esteban Simonetto y Valentino Bica. Le pongo actitud a todo, pero lo presupuestario va para atrás. Y no es porque esté en una categoría cuyos costos sean muy distintos a los del TN o el TC Mouras, por ejemplo. Pasa que en el automovilismo hoy casi que vale la billetera antes que otras muchas cosas. Sé que se trata de un deporte caro, pero tampoco se puede llegar a extremos.”