Ignacio Encabo - DPA
La eliminatoria entre España y Alemania del fin de semana pasado fue pura Copa Davis: emoción, épica, partidos eternos y un ambiente espectacular para llenar de razones a aquellos que quieren mantener el actual formato de la competición.
La Federación Internacional de Tenis (ITF) anunció en febrero un plan para modificar el torneo y convertirlo en una especie de Copa Mundial. El objetivo es reducir el calendario y reunir a 18 equipos durante una semana de noviembre en una ciudad. Habría fase de grupos y eliminatorias a partir de cuartos, y cada serie consistiría de dos individuales y un dobles al mejor de tres sets.
Sin embargo, rompería la tradición de eliminatorias como se juega ahora, uno de los principales reclamos de un torneo que se jugó por primera vez en el año 1900.
El plan nace a partir de un millonario acuerdo entre la ITF y el grupo inversor Kosmos, del futbolista Gerard Piqué. El acuerdo implica una asociación a 25 años por 3.000 millones de dólares.
El proyecto, que se introduciría el año que viene si supera una votación de la ITF en agosto, es consecuencia de las quejas de numerosos tenistas en las últimas temporadas. El calendario no da tregua y la Davis, además, no reparte dinero ni puntos para el ranking. Sin embargo, ofrece algo más allá de billetes: mucha mística y mucha historia.
“Esta competición tiene 125 años y hay una razón por la que todos los tenistas ‘top’ la han querido ganar alguna vez”, dijo Boris Becker, ex N°1 y campeón de seis Grand Slam, entusiasmado por el ambiente en la plaza de toros de Valencia. El ex tenista alemán admite que la Davis necesita “un nuevo maquillaje”, pero sus ideas van más por acortar los partidos a tres sets o por comprimir las eliminatorias en dos días en vez de tres. Con ello, opina, se reduciría el desgaste de los tenistas sin dañar la esencia del torneo.
“¿Va en serio, ITF? ¡Están intentando acabar con las series en casa y fuera, los cinco sets y este ambiente increíble! De todo eso se trata cuando uno representa a su país. #Orgullo #Pasión #VotaNo”, escribió en Twitter el australiano Lleyton Hewitt, con un enlance al partido de dobles entre España y Alemania. Duró cuatro horas y 40 minutos. “¿Quién está viendo el España vs. Alemania? ¿Todavía quieren matar la Copa Davis? Echen un vistazo al ambiente... #INCREÍBLE”, señaló precisamente durante ese encuentro Lucas Pouille, N°11 del mundo.
El capitán alemán, Michael Kohlmann, se acordó del presidente de la ITF tras ese encuentro de dobles. “Un saludo para David Haggerty”, dijo en una entrevista televisiva. El jefe de la federación alemana, Ulrich Klaus, es de la opinión de Becker: “Se necesitan cambios, pero ninguna reforma radical que rompa una de las competiciones deportivas más antiguas y prestigiosas”.
Rafael Nadal, líder del ranking de la ATP, vivió con especial nerviosismo el triunfo de David Ferrer sobre Kohlschreiber en el último partido de la serie, que acabó con triunfo del español. Saltó, se comió todas las uñas e incluso se subió a su silla para pedir los ánimos del público. Sin embargo, el campeón de 16 Grand Slam es uno de los jugadores que más han apoyado el cambio de formato.
Si se impondrá la innovación o la tradición se conocerá en agosto, cuando la ITF celebrará en Orlando su Reunión Anual General. Para que se apruebe, se necesita una mayoría de dos tercios.