La Davis. Siempre la Copa Davis. Gloriosa, histórica. Y única. La Davis convoca, más allá de esta instancia, una serie de Zona Americana, alejada del acostumbrado Grupo Mundial. Independientemente del cambio de formato, en dos jornadas, con partidos al mejor de tres sets y con tres puntos disputados un día sábado; y, en este caso, potenciada fundamentalmente por la rivalidad, también geográfica.
La Davis ha vuelto a engendrar en el público tenístico el sentido de pertenencia que sólo ella puede encender. El match contra Chile, disputado en el “Aldo Cantoni” de San Juan, bajo techo y sobre polvo de ladrillo, tuvo cada uno de los condimentos que pudieron imaginarse en las especulaciones previas. El 1-1 del viernes dejó servido un sábado muy intenso que regaló juego, incógnitas, tensión, color en las tribunas y algunos excesos. Y, también, resultados previsibles.
Así el empate 1-1 se convirtió en 2-2, por la victoria del doble chileno sobre Pella-González en tres sets, y, luego, por el triunfo de Diego Schwartzman frente a Nicolás Jarry, por 6-4 y 6-4. Ese cuarto punto mostró al líder del equipo argentino haciéndose cargo de la consecuencia del resultado: “Peque” era consciente de que no podía perder y ganó el partido. El N°15 del ranking mundial sabía que el equipo y la gente contaban con sus puntos. Y ahí estuvo, a la altura de lo que se le demandaba, tanto el viernes como ayer. Los nervios de los momentos de cierre son apenas una anécdota, pues su victoria abrió las puertas para el triunfo en la serie.
Y entonces Guido Pella tuvo su mini revancha. Con Christian Garín del otro lado de la red, el bahiense, a partir de su experiencia, exhibió un mayor aplomo para transitar los momentos centrales del partido. En el primer set, al quebrar para cerrarlo 6-3. En el segundo, para ganar 4 games seguidos y volcar un 0-2 inicial en el 4-2 que lo acercó al triunfo. Luego, ya en el cierre, para “agarrar” un tie-break en el que mostró una indiscutible superioridad.
Valga el término para jugar con las palabras: si algo tuvo Pella ayer, fue justamente garra. Argentina derrotó a Chile. Lo hizo con lo justo, por 3-2, siendo candidato y sabiendo que una eventual derrota iba a ser un pesado pagaré a levantar por cada uno de los protagonistas. Ahora la esperanza de un rápido regreso al Grupo Mundial, tiene una nueva certeza: repechaje por el ascenso, en septiembre.