No es que Atlético haya entrado dormido, tampoco nervioso. Ninguno de los dos describe el estado de ánimo del equipo de Ricardo Zielinski al comienzo del partido que perdió contra Peñarol por 3 a 1 en la Copa Libertadores. Quizás algo violento o al menos algo agresivo. Pero no fue la misma agresividad con la que lo terminó, seguro que no. Esa última postura fue la que le permitió conseguir un descuento y ponerse a tiro del empate en un partido en el que las infracciones (las reales y las inventadas) marcaron el pulso de los 90’.
Atlético se codea con los "grandes"
Para darse una acabada idea de lo dicho: antes del minuto de partido, cuando solo transcurrían segundos, Luis Rodríguez cometió una falta fuerte a un jugador uruguayo con la pelota casi fuera del campo. Fue casi el mismo tiempo que tardó Wilton Sampaio en cometer el primero de decenas de errores durante su propio partido: no sacó amarilla.
Los golpes continuaban para Atlético que, a continuación, primero daría uno y luego recibiría otro: Rafael García cruzó a Agustín Canobbio en el área en una jugada que no parecía traer mucho peligro y llegaría el penal que ejecutó “Cebolla” Rodríguez y puso el 1-0.
El "Pulguita Rodríguez: “no jugamos como queríamos”
En el medio, llegó un golpe de Guillermo Acosta y luego una protesta de Cristian Villagra de un Atlético alterado y que en apenas ese primer tiempo terminaría con tres amonestados. El tercero fue una plancha de Javier Toledo que además tuvo un mano a mano. Con eso, Atlético demostraba que podía agredir de otra manera.
En el complemento llegarían las amarillas de Luis Rodríguez y García, en una jugada que Sampaio volvió a ver mal. Allí también llegaría el peor error del juez brasileño: falta inexistente cobrada a Mauro Osores, con simulación incluida del jugador de Peñarol. La falta derivaría en el tiro libre fatídico del 2-0. Ese que se desvió en “Bebé” y descolocó a Augusto Batalla. Lástima para el arquero, que acarició el penal y tuvo una gran atajada luego, pero tuvo mala suerte en el segundo gol.
Y como las infracciones fueron las protagonistas de la noche en el imponente “Campeón del Siglo”, faltaba una que cambiaría el marcador y el estado de ánimo de ambos equipos. Tras otro mano a mano desaprovechado (esta vez por el “Pulguita”), la infracción dentro del área fue sobre Rodrigo Aliendro (muy clara, por cierto) y el mismo Rodríguez descontó.
Sin infracciones y con algunos cobros que intentaban compensar del árbitro, Atlético siguió empujando, pero volvió a fallar atrás, desesperado por buscar el 2-2, quizás. Porque no es que el equipo uruguayo haya hecho demasiado para sacar dos goles de diferencia. Aún así llegó el tercer gol que sentenció el partido, uno en el que las faltas y las fallas fueron determinantes y en el que el “Decano” comprometió sus chances de clasificación.