La Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán es pionera en el intento de crear un espacio que se ocupe de la gestión de Recursos Humanos (RRHH), idea con la que ya soñaba en 2006 y que plasmé en mi trabajo de tesis: “La motivación de los recursos humanos en los organismos judiciales” (2010). Mi investigación derivó en la publicación del libro “Los recursos humanos y el servicio de justicia”. El tema es importante y actual dada la demanda social que brega porque el Poder Judicial mejore sus niveles de eficiencia y eficacia.
El factor humano es la clave de las transformaciones porque de él dependen los demás recursos. Por ello, el proceso de administración del personal debe detectar sus necesidades de perfeccionamiento y actualización; efectuar cambios en la cultura organizacional; conducir los procedimientos de evaluación, y colaborar con los magistrados con el fin de obtener una política judicial encaminada a mejorar la motivación y satisfacción de los empleados y funcionarios a su cargo y, por añadidura, la satisfacción de los abogados y de la comunidad toda. Para lograrlo, hace falta incorporar licenciados en Administración; especialistas en Recursos Humanos; psicólogos; pedagogos, etcétera. Integrados con los letrados, estos profesionales potenciarían al máximo el quehacer de la justicia.
Con un sector específico que se encargara de la gestión de los recursos humanos en la Cámara Federal, sería posible establecer políticas claras en esta materia y llevarlas a la práctica, con beneficios para la motivación, la comunicación, las relaciones interpersonales, la dinámica de trabajo en equipo, el aprovechamiento de los talentos individuales, el liderazgo, la capacitación, la evaluación, el clima laboral, la planificación y el control de los resultados operativos.
La creación de dicha área daría mayor flexibilidad y adaptabilidad a la institución frente al aumento del caudal y de la complejidad de causas. Asimismo, permitiría aumentar la confiabilidad, la eficacia y la transparencia. Concretamente, se podría pasar de una estructura burocrática a una ad hoc; de un grupo de trabajo a verdaderos equipos de trabajo; de un enfoque reactivo a uno proactivo y de la anarquía en materia de recursos humanos a políticas claras en dicha materia.
La sobrecarga laboral que sobrellevan a diario magistrados, funcionarios y empleados impiden dar la respuesta que la comunidad espera del Poder Judicial. En este contexto, es muy difícil motivar al personal. Al respecto, los administradores enfrentan un reto enorme: incentivar a los empleados para que produzcan los resultados deseados con eficiencia, calidad e innovación haciendo compatibles las necesidades del individuo con las metas organizacionales. Los especialistas sostienen que las metas organizacionales son inalcanzables, a menos de que exista el compromiso permanente de sus miembros de establecer objetivos escalonados. Cabe destacar que la motivación de los factores humanos es de imposible concreción sin una participación interdisciplinaria de los integrantes de la organización.
Finalmente considero que en el Poder Judicial se invierte en infraestructura, recursos materiales y técnicos, pero ello es estéril si las personas, que son lo más importante de la institución, no están debidamente motivadas. Para hacerlo es imprescindible conocer a las persona, ya que la satisfacción es diferente en cada una de ellas: por ejemplo, a algunos puede interesarles más el reconocimiento y el buen trato que el mismo dinero. Parafraseando a Sun Tzu en “El arte de la guerra”: “conocer la forma de utilizar las tropas numerosas o escasas lleva al triunfo al soberano”.
Todo lo aquí expuesto tiene un aval científico y obedece a un estudio cuali-cuantitativo desarrollado en el universo estudiado (los actores involucrados en Cámara Federal de Tucumán). La investigación elaborada con estos parámetros demuestra que la implementación de una política seria en recursos humanos es imprescindible para cubrir el reclamo social de una mejor Justicia.