El arzobispo Carlos Sánchez expresó preocupación por la violencia que, según su entender, se instaló en la comunidad tucumana.
"Nos preocupa nuestra realidad provincial: asistimos a un clima de profundo miedo en la convivencia diaria por la violencia que se ha instalado en la comunidad tucumana; violencia que llega hasta la pérdida de lo más valioso que tiene una sociedad: la vida humana", señaló el prelado en un mensaje titulado "Vale toda vida", que difundió junto con la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social de Tucumán.
Monseñor Sánchez destacó: "la muerte no distingue barrios, edades, situaciones económicas; abarca a todos; cualquier persona puede ser la próxima víctima. La violencia se ve incrementada y fortalecida por el aumento del consumo y la venta de drogas, situación que destruye familias. Queremos que Tucumán sea un hogar, una casa para todos los tucumanos".
"La vida nos ha sido dada como un regalo precioso para desarrollar y cuidar; pero en nuestra sociedad, se ha vuelto precaria, vulnerable e insegura, por diversas situaciones concretas que se viven a diario: pobreza, falta de trabajo, de educación, suicidios, abortos, adicciones a las drogas, el alcoholismo, el juego, la pornografía, todas situaciones de muerte…", remarcó.
Hizo hincapié en que, frente a la crisis social, "nuestro compromiso es custodiar y promover ese don tan inmenso y único que es la vida; vida que Dios nos invita a cuidar desde su concepción y en todo su desarrollo, hasta el final de nuestros días".
Cultura de la vida
El arzobispo invitó a toda la sociedad a realizar gestos que promuevan una cultura de la vida, "dialogando, respetándonos, valorándonos, ayudándonos, sirviéndonos, perdonándonos, aceptándonos, en el marco de una sana convivencia y defendiendo lo más débil de nuestra sociedad: el niño por nacer".