El “no recuerdo”, definitivamente, terminó perjudicando a César Soto. Y no por todos los olvidos que cometió él en su interrogatorio, sino por todas las versiones que dio durante el juicio por el crimen de Paulina Lebbos y que fueron desestimadas por sus hermanos y allegados en los últimos días, a pesar de que también se escudaron en fallas de la memoria para no aportar datos claves.
Ayer fue el turno de Alejandro Soto, el tercer hermano que presta declaración en el debate y el que complicó con sus dichos a la ex pareja de Paulina. Por ejemplo, señaló que César estuvo despierto durante el 26 de febrero, cuando en realidad él señaló que se había acostado a dormir apenas llegó. “Estaba acomodando cosas y después se fue a lavar ropa. Lo vi antes de irme a misa”, destacó.
Lebbos y los abogados de los acusados apuntan contra Soto
Alejandro también deslizó que en su casa había varios celulares mientras que César señaló que no tenía ninguno. “No se lo prestaban a César porque él le gastaba todo el crédito o se los desconfiguraba cada vez que le ponía su chip”, declaró.
Fueron tan evidentes las contradicciones que, por pedido de Gustavo Carlino, defensor de Nicolás Barrera (ex subjefe de Policía que está acusado de encubrimiento), el Tribunal, integrado por Rafael Macorito, Dante Ibáñez (presidente) y Carlos Caramuti, aceptó carear a los hermanos.
Olvidos
Alejandro y César no alimentaron esas contradicciones, pero sí realizaron nuevas revelaciones que dejaron a todos con la boca abierta. La ex pareja de Paulina manifestó respecto de su hermano: “si él se acuerda está bien, porque tiene mejor memoria que yo”.
Caso Lebbos: los 10 indicios en contra de César Soto
Después llegó una revelación: César Soto confirmó que su hermano Alejandro lo había recomendado para que trabajara como “patovica” en un local de la “Chacapiedras”, aunque el segundo nunca le había comentado a las partes que él se dedicaba a brindar ese tipo de servicio, sino que era plomero y gasista. “En realidad lo único que hago es recomendar quiénes pueden hacer esa tarea”, destacó Alejandro.
La “línea narco” en el juicio por Paulina Lebbos, en compás de espera
Le preguntaron qué cualidades reunía César para desarrollar esa tarea. “Su experiencia”, respondió.
Ante la mirada absorta de las partes, la ex pareja de Paulina amplió: “es que yo trabajé durante un año en Cóndor, que era una agencia de seguridad privada, y después hice lo mismo en los supermercados Emilio Luque”. “Nunca nos avisó que hubiera hecho trabajos de seguridad”, le recriminó Ibáñez.
Más contradicciones
Los reveses para César Soto no terminaron allí. Por la tarde, declaró ante el tribunal su ex pareja, María Helena Rodríguez. La mujer dijo primero que él no era celoso, pero después aclaró que en varias oportunidades si le hizo “escenas”. “Es calentón. Muchas veces su padre lo tenía que salir a calmar cuando se peleaba con sus vecinos”, declaró.
Rodríguez dijo que ella conoció al ahora sospechoso cuando trabajaba como moza en el local “La Zona de Gaby”. “Soto empezó a frecuentar cada vez más el bar luego de que desapareció Paulina. Cuando estaba conmigo no me hablaba de Paulina, no sé si era para no incomodarme. Pero no tocábamos el tema”, indicó
Sobre su relación, la mujer tuvo que aclarar cuándo comenzó a verse con Soto. En setiembre de 2006 había declarado que sólo eran amigos, pero en la audiencia aclaró que el romance había comenzado en julio de ese año. “No era un secreto”, reconoció.
Sobre Paulina dijo que la vio una par de veces, pero recién se enteró de quién era ella cuando se conoció su desaparición. “El 25 o el 31 de diciembre de 2005, ella fue al bar con Soto y otra pareja. Otro día también asistió, esta vez con un grupo de amigos. Los atendió uno de mis compañeros; sólo recuerdo que bailaron toda la noche y que ella se subió a una mesa para hacerlo, pero vino alguien de seguridad y la obligó a bajarse”, señaló.
Rodríguez aportó otro dato sobre Soto. En este caso, referido a la época cuando ya trabajaba en “La Zona de Gaby”. “Los compañeros de trabajo siempre le hicieron ‘chistes negros’ sobre el caso de Paulina, pero él jamás reaccionó”, indicó.
Hoy será un día clave para el desarrollo del juicio. El tribunal deberá decidir cuál será el futuro de Soto. La mayoría de las partes solicitaron que se ordene su detención por falso testimonio y que se investigue para confirmar o descartar si no tuvo alguna participación en el hecho. La decisión se conocerá luego de que declare Juan Jiménez, el padre de Jorge que, según se cree, habría acosado a la víctima antes del crimen para que saliera a bailar con él.