Después de más de dos meses sin velas desplegadas en los despegues del cerro San Javier, y sin parapentistas que surquen los cielos tucumanos, ayer se levantó la suspensión que pesaba sobre la actividad, aunque sólo en lo específicamente deportivo. A fines de diciembre de 2017, Natalia Vargas falleció al caer al vacío mientras participaba de un vuelo biplaza, dirigido por un instructor, Ariel Salazar. El levantamiento de la medida para la parte competitiva de la disciplina fue dada a conocer ayer por el Ejecutivo provincial. Durante la jornada, pudo verse a los pilotos en las pistas de Loma Bola y Los Pinos reanudando sus prácticas.
El ministro de Seguridad, Claudio Maley, fue quien confirmó la habilitación. Al respecto, expresó: “el Gobierno hizo un análisis sobre un pedido de parapentistas, de excepción al decreto que prohíbe esa práctica en Tucumán. De este modo, decidimos habilitar el vuelo monoplaza para actividad deportiva”. El funcionario instó a que, desde la Federación Argentina de Vuelo Libre “designen un comisario deportivo para que controle la actividad, supervise equipos y promueva talleres y entrenamientos”. También pidió colaboración a la Administración Nacional de Aviación Civil, por ser un espacio aéreo.
Matías Fortini, vocal de la FAVL, explicó: “vamos a trabajar en conjunto con la Provincia. Lo sucedido sacó a la luz numerosas falencias. Solamente volará gente con licencia y se harán chequeos de equipos periódicamente”.