¿Llegó el parate en el momento indicado para San Martín? La pregunta tranquilamente puede tener dos respuestas diametralmente opuestas, dependiendo desde dónde se enfoque a la hora de elaborarla.
Por el lado del sí, podríamos fundamentarlo con que el equipo repuntó cuando parecía que se venía la noche, sumó dos victorias en fila, además de que los resultados ajenos lo ayudaron para volver a meterse en la conversación por la cima del torneo. Así, con el ánimo por las nubes, el plantel podrá aprovechar la jornada libre para pulir detalles y tomar fuerzas para una recta final del torneo, en la que no habrá mucho margen de error.
San Martín es uno de los mejores en 2018 en la B Nacional
Otra opción sería el no, y en ese caso podríamos argumentar que el parate podría frenar un impulso esencial para intentar lograr cosas importantes. Lo cierto es que esos son sólo supuestos y el destino dirá si el parate le vino bien o no al equipo.
Rubén Forestello bien podría celebrar estas dos semanas de trabajo. En el duelo contra Nueva Chicago, el DT perdió varias piezas clave en el andamiaje de su equipo. Lucas Acevedo y Matías García sumaron su quinta tarjeta amarilla, mientras que el lunes pasado se confirmó la lesión que alejará de las canchas, por poco más de 20 días, a Walter Busse. Por ese motivo, al entrenador le viene bárbaro que su equipo tenga jornada libre el fin de semana.
“Yagui” trabaja en su “laboratorio”. Prueba variantes, aceita engranajes, todo con el objetivo de que el “Santo” esté 10 puntos para visitar a Almagro, el sábado 17, en un otro enfrentamiento clave.
“Son jugadores importantes, obvio que se sienten. Más aún cuando el equipo viene funcionando”, opinó el DT sobre las bajas que deberá resolver. “Vamos a ocuparnos para que los chicos a los que les toque jugar lo hagan de la mejor manera, así el equipo no se resiente en su estructura”, agregó el entrenador.
San Martín descansará observando cómo el resto de sus rivales en la lucha por el primer ascenso intentan el despegue. Pero en La Ciudadela no se hacen mucho problema por ese tipo de cuestiones. Más allá de que importen los resultados ajenos, piensan que el secreto del gran objetivo yace en el rendimiento propio. “Nosotros tenemos que seguir progresando en el juego y en la actitud. Acá hay un grupo muy comprometido que tiene hambre de gloria”, aseguró Forestello, que trabaja a sol y sombra.
Encontrar los reemplazantes justos para que las ausencias pasen inadvertidas es el gran objetivo para apuntalar a un plantel que sueña en grande.