En 2017 se inundaron. Ahora, al bajar el cauce del río Salado, descubrieron más de 200 fósiles de animales prehistóricos. El hallazgo entusiasmó a los pobladores de Junín, Buenos Aires. Las piezas fueron halladas en el lecho y las márgenes del curso de agua por ocasionales pescadores y bañistas que avisaron a los especialistas del museo. La mayor parte de los restos fósiles poseen una antigüedad de entre 15 y 25 mil años de acuerdo al geólogo Marcelo Toledo, que estudia la estratigrafía del yacimiento.
“Las inundaciones en la cuenca del Salado ocasionaron que estuviéramos tres años sin sacar restos fósiles -dijo Toledo a Télam-, pero la inundación removió restos que, con la actual sequía quedaron expuestos y son los que han sido hallados a veces en el agua, o en las riberas del río, con la bajante”, remarcó. Se trata de partes óseas mineralizadas de la megafauna que habitó esa región, como gliptodontes; tigres “dientes de sable”; stegomastodon (elefante de las pampas); macrauchenias; perezosos gigantes como el megaterio; equus neogeus, pariente del caballo actual y toxodon, entre otros.
La clasificación
El director del Museo del Legado del Salado, José María Marchetto, dijo que se está trabajando para ver cómo proteger el yacimiento paleontológico. “En forma permanente estamos concientizando a la gente para que nos avise sobre cualquier hallazgo y no retire el material por sus propios medios -resaltó Marchetto-, ya que el valor científico del fósil se obtiene del terreno, viendo al mismo in situ, o sea, en el lugar donde aflora o aparece”, agregó.
El especialista anticipó que todavía queda mucho material por limpiar y clasificar y consideró que el río regalará nuevos tesoros paleontológicos. “Los restos suelen ser muy frágiles y pueden romperse con facilidad, y según lo que indica la ley nacional de protección del patrimonio 25743/03 se requiere de un permiso para llevar adelante esta tarea”, explicó.