En las afueras del palacio legislativo, todo fue fiesta para los militantes del oficialismo provincial. Desde temprano, miles de personas se acercaron a la zona -por sus medios o por haber sido llevados en colectivos desde distintos puntos de la capital y del interior- para la apertura de las sesiones ordinarias. Mientras llegaban, eran ubicados a lo largo de la avenida Sarmiento y de la calle Muñecas, lugares que coparon con carteles y banderas. Destacaban en la escena un globo con la consigna “Manzur, Jaldo, Darío” (en referencia a Darío Monteros, el intendente bandeño), y una avioneta cuyo parlante repetía consignas del justicialismo.
En las pancartas y en los pasacalles se podía leer todo tipo de alusión a referentes provinciales. Intendentes, funcionarios, legisladores y concejales fueron los encargados de reclutar militantes para darle color e impronta política al acto protocolar. Aunque en este año no hay comicios, el contexto escogido para la lectura del tercer discurso anual del gobernador fue netamente electoral. La consigna común en la mayoría de los carteles era “Manzur-Jaldo”. Sin embargo, el nombre de un reconocido referente del justicialismo provincial brilló por su ausencia: el del ex gobernador y actual senador nacional José Alperovich no estuvo en ninguna consigna.
Durante la hora que duró el discurso del mandatario, los militantes entonaron cánticos, golpearon bombos, lanzaron fuegos artificiales y aplaudieron sus palabras, transmitidas a través de dos enormes pantallas. Al igual que en su ingreso al hemiciclo, el gobernador Manzur fue ovacionado por los dirigentes. El mandatario llegó y se retiró a pie, tomándose el tiempo necesario para devolver las gentilezas a todos los referentes que habían movilizado.