La fase de grupos de la Copa Libertadores comenzó ayer para los equipos argentinos con el partido entre Racing (ganó 4 a 2) y Cruzeiro, en Avellaneda. Para llegar a la cita, el plantel de la “Academia”, apenas recorrió los siete kilómetros que separan el Hotel Intercontinental del estadio Presidente Perón pero ni a ellos ni a los otros cinco equipos que participan del torneo más importante a nivel clubes del continente (quizás el segundo a nivel mundial) les será tan sencillo llegar a destino para poder jugar.
Quizás el único que pueda decir lo contrario es Atlético, el equipo argentino que menos deberá viajar en esta edición en comparación con las hojas de ruta de Independiente, River, Boca, Racing y Estudiantes de La Plata. Quizás se trata de un guiño del destino luego de un 2017 que lo tuvo corriendo de aeropuerto en aeropuerto.
El plantel “decano” se entrenará mientras Villagra es operado
Los menos de 7.000 kilómetros que tiene en el horizonte el “Decano” están lejos de los casi 23.000 (siempre contando la ida y la vuelta) que tendrá que recorrer Independiente, tomando como criterio las rutas aéreas que transitarán los planteles y no las carreteras, que siempre son más largas. River y Boca son otros de los equipos de nuestro país que superarán los 20.000 kilómetros en traslados.
Asunción, en Paraguay, Montevideo, en Uruguay, y La Paz, en Bolivia integran una lista que cualquier dirigente y entrenador confeccionaría para un grupo de Libertadores teniendo en cuenta que Venezuela, Colombia, Perú tienen equipos participando y en buena cantidad.
Quizás La Paz, por sus casi 4.000 metros de altura, no quepa dentro de esa hipótesis de los entrenadores pero sigue estando cerca. En ese sentido, Hugo Bermúdez, gerente general del club, avisó ayer que para ese partido (a jugarse el 18 de abril), Atlético volverá a instalarse en una ciudad al nivel del mar como contra El Nacional. El plantel viajará el lunes 16 a Santa Cruz de la Sierra en avión privado y el 18 aterrizará en La Paz pero esta vez lo hará más temprano que aquella vez en Quito.
A Montevideo (4 de abril) irá en vuelo de línea y primero pasará por Buenos Aires. Para ir a Asunción podría repetir el charter aunque aún no está confirmado (se jugará el 17 de mayo). En ese sentido, el sorteo realizado en Luque, Paraguay, favoreció al “Decano” pero curiosamente también lo hizo en cuanto al nivel de los rivales, en comparación con los otros equipos argentinos.
Zielinski admitió que están pensando en la Libertadores
“Es interesante porque no tenemos grandes viajes. Enfrentamos a Peñarol, a quien ya conocemos, Libertad y The Strongest, que es complicado por la altura. Pero todas las distancias son cortas”, dijo en su momento Mario Leito sobre los viajes pero rozando también un análisis de lo futbolístico,
La semana pasada, culminadadas las fases previas, los grupos quedaron completos e Independiente, River, Boca, Estudiantes y Racing cayeron en pequeños grupos de la muerte y acabaron envidiando a Atlético. Todos enfrentarán, como mínimo, a un brasileño (Racing a dos) y si no tienen un rival colombiano en el grupo, enfrentarán a un uruguayo. La nueva participación de Atlético en la Copa tienen menos millas, nada de cucos y más sueños.
Las travesías de 2017
Quito (6.574 kilómetros, ida y vuelta)
El plantel viajó en charter (con escala en Arica, Chile) hacia Guayaquil. Allí se instaló e intentó viajar a Quito el mismo día del partido. Tuvo serias complicaciones con su avión privado y tuvo que trasladarse en vuelo de línea.
Cartagena de Indias (10.646 kilómetros)
El viaje más largo que tuvo que hacer el año pasado. En principio debió jugar en Barranquilla pero Junior, que tenía su estadio con reformas, lo recibió en esa ciudad hace exactamente un año. En la foto, David Barbona pelea la posesión de la pelota en un pasaje de ese partido.
Montevideo (2.576 kilómetros)
Para visitar a Peñarol, primero pasó por Buenos Aires y desde allí tomó otro vuelo hacia la capital de Uruguay.
Cochabamba (2.102 kilómetros)
En su primer viaje a Bolivia llegó en charter directo desde Tucumán. El rival era Wilstermann.
San Pablo (5.520 kilómetros)
Para enfrentar a Palmeiras, en la última fecha del grupo, primero pasó por Buenos Aires y luego tomó otro vuelo hacia San Pablo.
Santa Cruz de la Sierra (2048 kilómetros)
Ya por la Copa Sudamericana, debió visitar a Oriente Petrolero en Bolivia, nuevamente. También utilizó el charter para llegar.
Buenos Aires (2.168)
En su última experiencia “internacional”, visitó a Independiente en Avellaneda y llegó hasta allí en un vuelo de línea.