Defectos de la atención de la salud en Tafí del Valle

Defectos de la atención de la salud en Tafí del Valle

Parece obvio decir que, en todo centro de población, cualquiera sea su tamaño o su número de habitantes, una obligación primordial de las autoridades es atender debidamente la salud de las personas que allí se encuentran, residentes o de paso. No parece entendérselo así en Tafí del Valle. Mientras se publicita, justificadamente, aquellos sabidos atractivos de paisaje y clima que justifican su condición de gran centro turístico, hay fallas en otros rubros, que se presentan afectados por un inexplicable atraso. Lo grave es que ellos, como decimos, se refieren a ese punto de tan alta trascendencia como es la salud.

Si en medio de la noche una persona se enferma, en Tafí del Valle no hay posibilidades de comprar un medicamento, salvo que el Hospital se lo pueda proveer. De las tres farmacias que con que cuenta ese municipio, no existe ninguna “de turno”, a la que sea posible recurrir en los casos nocturnos de urgencia. Si una persona, aquejada por un fuerte dolor de muelas, acude al Hospital, sucede que allí no hay dentistas. Y ocurre que los tres o cuatro privados que existen en la villa, atienden en horario comercial -y esto, por lo general, sólo en días hábiles- por lo que al doliente no le queda otro camino que bajar a la ciudad para que alguien lo asista.

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Estos casos, que conocemos a través de testimonios directos, están demostrando que, en ese idílico paraje de montaña, el progreso que exhibe en otros órdenes no ha corrido parejo con el que atañe a una cuestión de máxima importancia. Y el requerimiento se hace todavía más agudo, cuando se piensa en la enorme cantidad de personas, veraneantes o turistas, que allí se aglomeran durante los meses de enero y febrero. Pareciera que no se ha pensado en las emergencias, y en el desesperante problema que se presenta a quien debe adquirir un medicamento y no puede hacerlo porque no está abierta alguna farmacia.

Esto obliga a reiterar ciertos principios claves y por cierto conocidos por todos, en el referido orden de cosas. No existe nada de mayor prioridad, en un centro de población, que tener asegurados perfectamente los rubros que se refieran a la salud de las personas. Esto es, tanto la atención profesional adecuada como la obtención de los medicamentos. No hay gasto, por significativo que sea, que puede postergarse en este orden de cosas. De nada sirven las otras expresiones de progreso, sí lo referido a aquella temática no recibe, de parte de las autoridades, la cuidada y celosa atención que corresponde, brindada a todas las horas del día y de la noche.

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Esto debiera ser la preocupación esencial de las autoridades de la Provincia y de las de los municipios. Se trata de verificar todos los rubros en los cuales la referida atención sea deficiente, y proceder a dictar las enérgicas providencias que corrijan eso de raíz, allanando cualquier obstáculo, y vigilando con rigor su cumplimiento.

No es posible que, en un municipio que cada día se enorgullece más de sus manifestaciones de progreso, no sea posible adquirir un medicamento de urgencia en horas de la noche, o que su hospital carezca de alguien que intervenga frente a un insoportable dolor de muelas (y esto para citar solamente un ejemplo). Convendría, en suma, que el ministerio respectivo efectuara una verificación general de la situación en la materia, para poner a Tafí del Valle en las condiciones que corresponde, referidas a la salud de sus habitantes.

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