“Vamos a ver qué sale de este planteo. Diego Martínez y ‘Pampu’ González no son extremos, ojalá ganemos porque sino...”. La frase inconclusa con la que un plateísta saludó a su compañero de butaca, ni bien puso un pie en La Ciudadela resumió casi un pensamiento general de los hinchas “santos”.
El esquema que ideó Rubén Forestello para el duelo de ayer no le cuadró a nadie; o a casi nadie. Las incógnitas eran esas, la de los jugadores que debían jugar por afuera, siendo nexo entre el medio y el ataque.
“Yagui” ubicó en ese sector a dos jugadores que no son naturales para esa posición. Martínez es lateral por izquierda; González, centrodelantero. Y ahí falló el planteo inicial.
San Martín perdió en esa zona. Ahí Estudiantes encontró los caminos para lastimarlo y para colmo también falló en ofensiva por ese sector. Faltó sorpresa, desequilibrio, velocidad y una pizca de buen juego. Así se le hizo cuesta arriba llegar al arco puntano.
Justamente, San Martín no extrañó a Juan Galeano, quien parecía irremplazable para el DT. Matías García se acomodó al lado de Waler Busse y allí nacieron las mejores intensiones del dueño de casa.
Para colmo, como el medio no retenía nada, la defensa sufrió más de lo común. Fue una actuación para olvidar rápidamente, o mejor dicho para tomar nota de lo que no se debe repetir nunca más de ahora en adelante.
Forestello se dio cuenta que el plan inicial hacía aguas por todos lados, por eso mandó a Gonzalo Rodríguez y a Damián Arce en lugar de “Pampu” y Diego Martínez. Y si bien el equipo no dio un vuelco de 180 grados, como la situación ameritaba, la ecuación cambió algo al menos.
Buena sociedad
¿No hubiera sido mejor salir con “Turbo” y Arce de movida? Gonzalo siente esa posición y Arce es zurdo y puede acoplarse al tándem de juego García-Busse. Habrá que trabajar en ese aspecto, porque quizás ayer, por perdido por perdido, “Yagui” encontró la sociedad que puede traerle buenos réditos.
Cambiar y pulir detalles es una obligación durante una semana para el entrenador “santo”. El esquema planeado para el duelo de ayer no tuvo ni pies ni cabeza. San Martín jugó uno de los peores partidos en mucho tiempo y zafó sólo porque Claudio Bieler apareció en el momento justo por el lugar indicado.