Los yerbabuenenses se sienten más inseguros en su ciudad. Y no es que lo digan ellos, únicamente (aunque sí se suceden los relatos y los videos de las víctimas en las redes sociales), sino el intendente, Mariano Campero. Tras reincorporarse de unas vacaciones, declara que su actual y principal preocupación es la inseguridad en Yerba Buena, pues dice que se ha llegado al registro de entre cinco y seis robos por día, todos los días.
“Haremos lo posible para reducir esos índices. Nos ocuparemos de la prevención. Pero, además, vamos a poner a un abogado de la Municipalidad a que haga un seguimiento de los casos. Se encargará exclusivamente de eso. Hoy, el gran problema es la Justicia. Liberan a los sospechosos en el mismo minuto en el que los entregamos. Entonces, tenemos que presionar a los fiscales”, prosigue.
Para ejemplificar sus dichos, asegura que en uno de los últimos episodios de robos a ciclistas en las sendas de Horco Molle, el municipio puso a disposición de la fiscalía actuante a los supuestos autores. “Al otro día, estaban afuera. Incluso hemos aportado información sobre cosas robadas, pero han demorado hasta 48 horas en ordenar un allanamiento”, añade. Según su lectura, la designación de un letrado que se encargue específicamente del tema, hará que los fiscales “empiecen” a actuar. “Me hago cargo de mis responsabilidades. Pero hace falta que el Poder Judicial asuma las suyas”, opina.
El lunes último, hubo una reunión entre el secretario de Seguridad Ciudadana del distrito, Mauricio Argiró, y el comisario de Yerba Buena, Angel Garrido, entre otros funcionarios y autoridades policiales. Cuenta Argiró que coordinaron un esquema de trabajo conjunto con la Policía de la Provincia. Aunque también él hizo hincapié en la arista judicial. “Nos interesa que las personas que son detenidas por la comisión de delitos, sean juzgadas y encarceladas”, agrega. Otra vertiente que menciona es la necesidad de dotar a la Policía de Yerba Buena de más recursos: “se necesita que el Ministerio de Seguridad tome la decisión de proveer de más y mejores medios a esta ciudad”.
- ¿Hay más inseguridad? ¿Cuál cree usted que es la situación?
- La realidad es que ha aumentado la comisión de delitos en el verano. Han sucedido hechos muy complejos, sobre todo en el barrio Marti Coll y en la localidad de San José. También están ocurriendo muchísimos motoarrebatos. Al punto que el principal tema de nuestra agenda política es la inseguridad.
Ayer hubo otra reunión. Argiró conversó con cuatro ediles opositores -Benjamín Zelaya, Pedro Albornoz Piossek, Maximiliano García y Lucas Cerúsico- y con Rodolfo Aranda, quien asumió en una controvertida sesión, en diciembre pasado, con el voto de cinco de sus pares (desde 2016 reclamaba al Concejo Deliberante su banca). “Se habló del trabajo de la nueva Guardia Urbana, entre otros temas”, relata Aranda.
Desde fines de diciembre, unos 60 guardias municipales, divididos en turnos, recorren las principales avenidas y algunas calles aledañas. Todavía no cuentan con equipamiento, ni de comunicación ni de defensa. Por ello, Campero asegura que, en estos momentos, no puede pensar en un recorte en la estructura del Estado municipal, tal como reclama el presidente, Mauricio Macri. “De hecho, tenemos que incorporar más agentes. Y equipar a los que están y a los nuevos”, concluye.
El sistema de botones antipánico también fue mencionado en esas rondas de conversaciones. Según Argiró, su efectividad ha sido medida en hasta un 80 %, pues asegura que sirven para disuadir a los delincuentes. Unos 52 sectores se encuentran vigilados con ese mecanismo.