La idea de que el torneo de Primera División se asemeje a las grandes ligas europeas, con todo el show mediático y la venta de derechos y merchandising a todo el mundo, de a poco va tomando forma.
Y así, de la mano del crecimiento de un monstruo llamado Superliga, que va ganando lugar en los primeros planos del fútbol mundial, el torneo de Primera comienza a tomar la misma tesitura que sus “primos hermanos” del viejo continente.
Claro, hay un dato que no parece muy alentador de ahora en adelante. A las grandes ligas europeas se la disputan unos pocos (Barcelona y Real Madrid, en España; Juventus en Italia, Bayern Munich y Borussia Dortmund en Alemania y los grandes de Manchester en Inglaterra); y acá Boca y San Lorenzo parecen haberse despegado del resto en pocos partidos.
En el último mercado estival, la brecha se acentuó entre los equipos importantes y el resto. Hubo millones de distancia en lo económico. Boca, River, Racing e Independiente sumaron incorporaciones por 42,9 millones de dólares. Un dato que refleja un poderío que los grandes del fútbol criollo prometen trasladar al campo de juego.
River fue el equipo que más gastó, o invirtió mejor dicho, en el rubro incorporaciones. Luego de un 2017 en el que falló en el gran objetivo de alzarse con la Copa Libertadores y terminó la primera parte de la Superliga de capa caída, Marcelo Gallardo solicitó nombres para mejorar la producción en 2018. Y Rodolfo D’Onofrio no anduvo con vueltas. Entre Lucas Pratto, Franco Armani, Juan fernando Quintero (llegó a préstamo), los refuerzos que sumó en este verano, el “Millonario” gastó casi 20 millones de la moneda estadounidense; casi la mitad del monto total en transferencias que gastaron los “grandes”. Claro, eso podría incrementarse si River logra abrochar la llegada de Bruno Zuculini.
Sí, River copó la parada en un mercado hecha a medida de unos pocos.