Sobre la transferencia de potencial constructivo

Sobre la transferencia de potencial constructivo

26 Enero 2018

El proyecto de ordenanza de Transferencia de Potencial Constructivo no implica bajo ningún concepto la expropiación de inmuebles. Más aún, es un instrumento urbanístico que tiene por objetivo precisamente lograr el equilibrio entre los intereses públicos y privados sin que estos últimos se vean afectados. Si bien para San Miguel de Tucumán es una novedad, hace varias décadas que se lo utiliza en diversas ciudades del mundo como un instrumento jurídico para la protección de áreas urbanas con valor patrimonial y ambiental .

¿Qué es lo que propone la Ordenanza de Transferencia del Potencial Constructivo? El valor de una parcela está dado por lo que se encuentra construido en ella y por el índice de lo que, potencialmente, se puede construir de acuerdo a lo que permite el Código de Edificación vigente (en el caso de la capital, el Código de Planeamiento Urbano).

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Si por razones de interés público como es preservar el Patrimonio Cultural o la calidad Ambiental de un área urbana, como el Bulevar Salta, el Municipio declara un inmueble o un conjunto de inmuebles de Interés Municipal y, en consecuencia, establece ciertas limitaciones como la imposibilidad de demoler el edificio o de utilizar el total de los metros que le permite el código para construir (potencial constructivo) el propietario podrá: usar el potencial constructivo en otro inmueble de su propiedad o vender los metros cuadrados que no pueda utilizar en su parcela.

Claramente este proyecto de ordenanza no está planteando la expropiación de inmuebles. Se debe tener claro que la Casa Sucar constituyó un hecho excepcional y que bajo ningún concepto en materia de protección del Patrimonio Cultural y Ambiental se alienta la expropiación de los bienes integrantes de nuestro patrimonio. El criterio actual en este tema es precisamente crear las condiciones para la conciliación entre el interés público y el privado y que ambos actúen en pos del bien común. Es hora que se empiece pensar en la ciudad como el ámbito en el que se desarrolla la comunidad y no como lo que es hoy: un espacio de conflicto de intereses privados donde la población es sólo pensada en términos de clientes y no de ciudadanos.

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