La muerte de Natalia Vargas dejó en el ojo de la tormenta al parapente tucumano, principalmente a los vuelos comerciales. Sucede que la médica de 28 años que murió luego de caer al vacío el 29 de diciembre había pagado para realizar el paseo que le costó la vida.
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Luego de la tragedia comenzaron a salir a la luz detalles de la actividad que no eran conocidos. Uno de ellos es que los vuelos comerciales no están regulados ni son controlados por ninguna entidad oficial.
Por ese motivo, el Gobierno provincial decidió suspender todos los vuelos libres (comerciales y deportivos) en Tucumán. La medida regirá hasta que se ponga en orden toda la normativa que regula la actividad y se pueda garantizar la seguridad en los centros de vuelo.
Desde el momento de la tragedia, las autoridades tucumanas venían asegurando que todo lo que ocurría en Loma Bola era responsabilidad de la Nación y que el Ente Tucumán Turismo sólo se dedicaba a promocionarlo.
Pero eso parece haber cambiado desde ayer. El vicegobernador Osvaldo Jaldo (a cargo del Poder Ejecutivo) no sólo firmó el decreto que prohibió los vuelos, sino que, también desde ayer, la página del Ente Tucumán Turismo borró la sección sobre vuelos en parapente, en la que promocionaba los contactos de los prestadores registrados en el organismo.
“Es de una gravedad inusitada que el Gobierno de la Provincia promocione turísticamente una actividad en sí misma riesgosa sobre la que no efectúa ningún control. La seguridad en ese servicio es de competencia exclusiva de la Provincia y no se libera de ella echando culpas a otros”, dijo en un comunicado Eudoro Aráoz, legislador de la Unión Cívica Radical-Cambiemos.
A su vez, el legislador radical Raúl Albarracín había presentado ayer un proyecto para suspender los vuelos en parapente biplaza hasta tanto se establezca un sistema de control. Fue en consonancia con el Gobierno, que en paralelo ya había tomado una medida en el mismo sentido.