“La ceremonia me pareció muy linda y emocionante. Son momentos que nadie los puede describir, porque es lo que uno vive en esa circunstancia con el deporte que ama. En ese tiempo, pasa por la mente lo que uno hizo durante todo el año. Haber ganado la distinción es como la cereza del postre ya que, además de todos los triunfos del año, te reconocen el sacrificio, económico y de tiempo que se hace. Mi objetivo este año es ganar la Copa Challenger Batalla de Salta, el 24 de febrero. Ya la gané dos años consecutivos y si lo hago de nuevo me la traigo a casa.”
Algo personal
Joaquín Cisneros tiene 41 años. Junto a Silvana, su mujer, formaron una familia que se completa con Micaela y Joaquín. Precisamente, es el hijo el que comparte la pasión del padre. Cisneros reconoce que le gusta más verlo ganar a él, que sus propios triunfos. Es fanático de jugar al pádel con sus amigos y de las salidas familiares al aire libre, las que considera clave para mantener el equilibrio entre el deporte y los afectos.