La máscara de cuero apenas podía contener la mirada punzante de Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) y el desasosiego con que la agente del FBI Clarice Starling (Jodie Foster) enfrentaba la celda del psicópata quedó grabado en la memoria del cine con “El silencio de los inocentes”. Aquel trabajo memorable le valió a Hopkins el Oscar a mejor actor en 1992, aunque sólo aparecía 16 minutos en pantalla.
Desde entonces el británico ha demostrado ser uno de los actores de Hollywood con mayor capacidad de transformación y, aunque mañana cumplirá 80 años no está pensando en la jubilación, señala DPA.
Este año, con barba y parche metálico fue el dios Odín en “Thor: Ragnarok”. Antes apareció junto a Mark Wahlberg en “Transformers: The Last Knight”. En la epopeya bíblica “Noé” se transformó en Matusalén y en “Hitchcock” encarnó al maestro del suspenso. Los papeles inquietantes siempre se le han dado bien.
Leyenda
Se lo considera una leyenda, pero él atribuye su éxito a la suerte que ha tenido en la vida. La aceptación mundial de que Hopkins es uno de los mejores actores vivos se debe a que encadenó películas tan icónicas hace años que se ganó para siempre la medalla de gran actor, publica la revista Vanity Fair, y lamenta que haya rentabilizado su figura en películas olvidables. “Por cada ‘El silencio de los inocentes’, ‘La mansión Howard’ o ‘Lo que queda del día (como ejemplos de sus tres nominaciones al Oscar consecutivas) Hopkins tiene cinco ‘Instinto’, ‘Corazones en la Atlántida’ o ‘El rito’”, agrega el artículo.
Lo cierto es que Hopkins nunca tuvo una gran ambición, según le confesó a la revista Men’s Health. “Creo que en la vida uno debe dar lo mejor que tiene, ser amable, generoso, estar dispuesto a ayudar y también pasarlo bien”, sentenció.
Hijo de una familia de panaderos de Gales, no lo tuvo fácil para llegar a lo más alto. Capaz de tener una enorme presencia en pantalla con una gestualidad mínima, se formó en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres y se hizo un nombre en el mundo del teatro.
Dramas verdaderos
En las entrevistas habla abiertamente de sus dramas pasados, como sus rupturas sentimentales y la búsqueda de refugio en el alcohol. Desde 2003 está casado con la actriz de origen colombiano Stella Arroyave, su tercer matrimonio.
Con 78 años se adentró en el mundo de Twitter, donde se presenta a sus 150.000 seguidores como “artista, pintor, compositor y actor de cine, teatro y televisión”. “No tengo conocimientos de pintura - afirma-, pero sí una gran pasión por los colores”. En “Sobrevivir a Picasso” interpretó a uno de los grandes pintores ante las cámaras.
En sus 50 años de carrera ha rodado más de un centenar de películas para cine y televisión. Fue Adolf Hitler en “El Búnker” (1981), Quasimodo en “El jorobado de Notre Dam” (1982) y el presidente estadounidense Richard Nixon en la versión rodada por Oliver Stone en 1995.
Uno de los papeles más importantes para el actor es el del abnegado y perfecto mayordomo en “Lo que queda del día” (1993). Esa fue su primera película junto a Emma Thompson y ahora, 25 años después, ambos vuelven a aparecer juntos en una nueva versión del “Rey Lear”, para la BBC, que se estrenará en 2018.
En Argentina
Además, en estos días el actor se dispone a instalarse en las Altas Cumbres y en Traslasierra, en Córdoba. Allí, según adelantó La Voz, se filmarán escenas de “El Papa”, una producción original de Netflix sobre la vida del papa Francisco dirigida por Fernando Meirelles. Para la preproducción del rodaje se vio en Córdoba a Jonathan Pryce, quien interpretará a Francisco. Juan Minujín dará vida a Bergoglio de joven y Anthony Hopkins interpretará el rol de Benedicto.