Andrea Carenzo es argentina y vive en Ecuador. Tiene 31 años recién cumplidos a los que agradece a Dios poder haber llegado ya que semanas atrás fue víctima de un brutal robo. Además de perder todas sus pertenencias, terminó golpeada y cayó por un barranco. Hoy vive para contarlo y asegura que se salvó de casualidad de ser violada.
El hecho ocurrió a principios de diciembre en el cerro Mandango, en Ecuador. La joven decidió subirlo sola y cuando estaba llegando al mirador fue atacada por la espalda por dos hombres. Los asaltantes no solo le sacaron lo poco que tenía sino que la golpearon e hicieron que cayera por un barranco.
“Hoy estoy cumpliendo 31 años y hace 19 días pensé que no iba a vivir para contarlo. Esta es mi historia, trataré de ser breve. Lo comparto porque quiero que a nadie más le pase y que se haga justicia”, escribió Carenzo en su cuenta de Facebook.
Según publicó Infobae.com, a raíz de los golpes, la joven sufrió lesiones graves y se salvó de milagro. Fue atacada a cuchillazos y apuñalada ocho veces: “no me rompieron ningún hueso, pero el resultado fue: un ojo con derrame y una severa inflamación, los dos tobillos esguinzados, una fuerte lesión en la pierna derecha y otra en el brazo derecho, dos cortes y dos puntazos propinados por los cuchillos, en ambos brazos".
“Uno de ellos me puso una cuchilla en el cuello y me tapó la nariz mientras me gritaba: ‘dame la mochila porque te mato, hija de put…’”.
La víctima cuenta que quedó al borde del barranco tras forcejear con uno de los delincuentes para que la deje respirar: “en ese momento se lanzaron nuevamente encima y uno de ellos me gritaba: ‘¿te querés morir hija de put…? Te voy a tirar ¿Te querés caer?’”.
Según su relato, hasta ese momento aún no le habían sacado ninguna de sus pertenencias pero tampoco podía dárselas ella porque no la dejaban que se mueva. Entonces, sin robarle nada, la tiraron por el barranco.
“Pegué de lleno en el piso con la cabeza. Mi cuello se dobló de una manera que pensé que no podría sobrevivir, soportando todo el peso de mi cuerpo y de la mochila que pasaron sobre mí”.
Uno de los agresores fue identificado, pero aún sigue libre. La víctima denuncia abandono por parte de las autoridades de ese país y del consulado argentino. "Gracias a Dios no me violaron", dijo.
Afortunadamente sobrevivió y cuando dejó de rodar se levantó y comenzó a correr como pudo: “empecé a tocar el silbato que tenía en la mochila y a pedir ayuda. Me volví a caer y me patiné. Los delincuentes me alcanzaron, me aplastaron contra el piso y uno de ellos me apuñaló ocho veces. Gracias a Dios no tenía filo y solo me dejó marcas”.
“Me sometieron presionando mi pecho, mi pierna derecha, mis brazos y mi cabeza contra el suelo, impidiéndome respirar o hablar, y pegándome más de 6 piñas en la cara (en la 6ta paré de contar y empecé a pedir a Dios que si me iban a violar, me mataran)".
Con las fuerzas que le quedaban, Andrea intentó defenderse y logró hablar. Ahí fue donde les explicó que la mochila la tenía atada y que debían soltarla para que ella se las pueda dar. Finalmente tomaron sus cosas y huyeron: “estuve media hora tratando de salir del barranco. Volví al sendero y mientras bajaba me encontré con una pareja que llamó a mi novio y a la Policía. Cuando llegaron me llevaron al hospital”.
La joven de 31 años comentó que desde el ministerio de Turismo de Ecuador le pidieron que no haga público el caso. "Con la enorme contención que me brindó mi novio y el apoyo de algunos locales, logramos dar con el nombre de uno de los atacantes y empezar a buscar la mayor información posible sobre él. El mismo sábado entregamos el perfil de Facebook y las fotos recopiladas a la Justicia", contó.
En un principio, desde la Fiscalía le dijeron que sería cuestión de días encontrar al sospechoso, pero solo quedó en eso ya que nuevamente se mostraron desinteresados: "Les creí y les pedí además que se cambiara la carátula de ‘Robo’ a ‘Intento de homicidio’. Desde el jueves 14 el Fiscal de mi caso no me responde los mensajes, le pedí ayuda al Consulado Argentino en Guayaquil y la respuesta del Consulado ante mi pedido de ayuda fue que tengo que tener paciencia”.
Por ese motivo la joven pidió que se ayude a difundir su historia para “evitar que hechos como estos sigan sucediendo".