Cerca del mediodía de ayer, los familiares y compañeros del cabo Álvaro Mauricio Jiménez, de 34 años, respiraron aliviados, cuando los médicos del Centro de Salud les comunicaron que los resultados de la tomografía y la ecografía que le habían practicado momentos antes, confirmaban que no había órganos vitales afectados.
Así terminó para el policía una mañana que seguramente recordará por mucho tiempo, en la que puso su vida en riesgo enfrentando a dos motochorros que no vacilaron en dispararle a quemarropa mientras escapaban tras un violento robo a una mujer.
Jiménez, quien se encontraba consciente, quedó en reposo en una cama de la guardia mayor. Los médicos aclararon que habrá que aguardar las próximas 72 horas para ratificar que el uniformado está fuera de peligro, comunicaron las fuentes consultadas.
El cabo presta servicios en el 911 y reside en el barrio Fátima, en La Banda del Río Salí. A las 9.05, ingresó al hospital, en estado delicado. Los médicos constataron que presentaba dos heridas de arma de fuego: una, en el pecho (a la altura de la región lumbar), con orificio de salida; y otra, en el abdomen, de acuerdo al diagnóstico de la médico de guardia, Milagros Rocha.
A las 8.40, el motorista de la Policía realizaba recorridos preventivos en jurisdicción de la Comisaría 11. Mientras circulaba por avenida Benjamín Aráoz y calle Gerónimo Cabrera, observó a dos desconocidos a bordo de una moto, quienes escapaban después de despojar a una mujer de su cartera. Entonces fue tras sus pasos sin saber que segundos después sería gravemente herido.
Momentos antes, Cristina Noemí Consorski, de 38 años, caminaba de este a oeste por calle Charcas, rumbo al centro, donde debía realizar trámites, según explicó luego en sede policial, cuando imprevistamente fue sorprendida desde atrás por dos desconocidos que se movilizaban en una motocicleta de alta cilindrada, tipo enduro, negra, quienes le cortaron el paso.
Ambos vestían ropas de grafa. El acompañante, quien además llevaba puesta una campera negra, descendió del rodado empuñando un arma de fuego y la encañonó mientras la amenazaba para que le entregara dinero y el celular, y para que no los mire a la cara, según relató después ante los investigadores a cargo del caso.
La mujer agregó que les entregó sus pertenencias, una cartera que contenía un celular, $ 200 y maquillajes, y que entonces, los motochorros escaparon por Charcas, hacia el este.
Esa escena fue advertida por Jiménez, quien recorría el lugar en ese momento y persiguió a los asaltantes. Los ladrones giraron hacia el norte, por calle Gerónimo Cabrera, donde fueron interceptados por el uniformado, quien les cruzó su moto.
Entonces, el acompañante le efectuó dos disparos, que hicieron que Jiménez perdiera el control de su vehículo y cayera sobre el pavimento. Luego, huyeron por esa arteria hacia la autopista.
Ocasionales transeúntes y personal de un Caps cercano, auxiliaron al policía, que fue llevado al Centro de Salud en una ambulancia del sistema 107.
Mientras el uniformado era llevado al hospital en una ambulancia, la mujer que había sido asaltada segundos antes, fue traslada hasta la Comisaría 11ª, donde prestó declaración. Explicó que no se encuentra lesionada y que la secuencia duró unos pocos segundos, comunicaron fuentes policiales.
En base a los datos aportados por la mujer y otros testigos, los investigadores comenzaron a trabajar en torno a la identidad de los violentos ladrones. En ese sentido, explicaron que no descartan que en las próximas horas se realicen medidas para detenerlos.