Había festejado la Navidad con su familia en Villa Mariano Moreno. Pero el lunes a la madrugada les dijo a sus parientes que saldría a bailar con unos amigos. Ese día, pero a la noche, su padre y su hermano, decidieron regresar a su casa de barrio Los Pinos. Cuando ingresaron, lo encontraron en su dormitorio, sin vida. Lo habían matado de varias puñaladas.
Personal de la división Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib y Diego Bernachi, llegaron al lugar y comenzaron a armar el rompecabezas. Confirmaron que el cuerpo de Mario Fabián Morales había sido encontrado por su hermano José en una habitación de la casa ubicada en Junín al 2.400. También reconstruyeron qué había hecho la víctima horas antes de morir.
Según contaron los familiares, el fallecido se marchó de la casa de un familiar de Villa Mariano Moreno. Les dijo que iría a bailar y que después regresaría a su casa, porque su padre y su hermano habían decidido quedarse en ese barrio de Las Talitas hasta ayer a la tarde.
Los investigadores confirmaron que se había ido a bailar y que había regresado a su casa acompañado por un joven desconocido. Luego de revisar la vivienda, concluyeron que ambos consumieron bebidas alcohólicas y encontraron también que en un cenicero había varias colillas de dos marcas, lo cual consideran un serio indicio de de que en la casa había por lo menos dos personas cuando se cometió el crimen.
Los vecinos dijeron que no escucharon ningún grito o ruido que los hiciera sospechar de que los hombres hubieran peleado. Sí se pudo establecer que la víctima falleció por las heridas punzantes que recibió en el pecho y en la espalda. Al parecer, por cómo fue encontrado en su cama, fue atacado a traición o cuando estaba dormido. Los peritos de la Policía, según una fuente judicial, encontraron muestras de pelos y material genético que podrá ser utilizado en un estudio de ADN.
Los habitantes del barrio sí confirmaron que cerca del mediodía observaron salir del lugar un joven en la moto de la víctima. Pensaron que se trataba de un amigo de confianza de Morales y por eso no sospecharon nada extraño.
“Era un buen chico. No sabemos que pudo haber pasado. Nos contaron que lo mataron con un salvajismo terrible. No merecía ese final”, dijo Dolores García, una de las vecinas de la zona que quedó espantada con el crimen.
María del Carmen de Herrera, también del barrio, consideró que esa zona de la ciudad es igual de insegura que otras. “Hay muchos arrebatos, pero esto es muy grave. A ese pobre muchacho lo mataron como a un animal”, concluyó.