La espada láser violeta sería la más potente

Un estudiante de la Universidad de Leicester, Inglaterra, calculó cuánta energía necesitarían para funcionar las espadas láser de las películas de “Star Wars” en condiciones físicas reales. Después de sus estimaciones, la fijó en casi siete megavatios, equivalente a unos 70 automóviles. El estudiante publicó su trabajo en la revista “Journal of Interdisciplinary Science Topics”.

Mientras en el cine vuelven a verse espadas láser en acción con el estreno de la nueva entrega de la saga “Star Wars”, el entusiasta Luke Willcocks se dedicó a estudiar una escena del film “Star Wars: Episodio I-La amenaza fantasma”, en la que el maestro jedi Qui-Gon Jinn (Liam Neeson) hace un agujero en una puerta de metal con su espada. En la historia requiere apenas 12 segundos para hacerlo, comenta Willcocks, que estima que el metal en cuestión es similar al titanio, y por ello tiene en cuenta en sus cálculos su densidad específica.

Con un tamaño estándar de 91 centímetros de largo y cuatro centímetros de diámetro de la espada, y teniendo en cuenta la cantidad de metal derretido, sus estimaciones son que el arma debe tener una potencia de 6,96 megavatios. Un megavatio equivale a un millón de vatios. “Este elevado rendimiento de una fuente tan pequeña hace de la espada láser un aparato eficaz para cortar materiales densos y combatir droides”, dice Willcocks, que mezcla la fantasía y el conocimiento científico.

En un segundo artículo analiza qué tipo de diferencias habría en el rendimiento de las espadas de diferente color. Sus cálculos se basan en el hecho de que la diferente longitud de onda de la luz está relacionada con una distinta carga energética de los fotones.

Si en el caso de una espada verde se parte de un rendimiento de 6,96 megavatios, una roja tendría 5,47 megavatios y una violeta, 9,34 megavatios. El morado sería pues el color de la espada más potente, siempre y cuando la espada solamente genere fotones. Pero en algunas películas de “Star Wars” se da a entender que el arma produce una especie de plasma, afirma Willcocks, que propone llamarlas entonces “espadas de plasma” en vez de “láser”.