“Ya me habían comentado que estaba peleando por el Olimpia de Oro, pero no me lo imaginaba, más siendo la primera nominación”, dijo emocionada e incrédula Delfina Pignatiello tras recibir la estatuilla de oro. “¿Cómo vuelvo a tener los pies sobre la tierra después de esta distinción? Se trata de volver a mi familia y a los amigos de siempre, aquellos que me acompañan en el día a día”, respondió.
Hace un año, la nadadora era mayormente desconocida en el ámbito deportivo argentino, pero en la noche de los Olimpia recibió los saludos de las principales figuras albicelestes. Y su nombre acabó por encima de todos, incluso el de Lionel Messi. “Sé que este año tuve mayor exposición por todo lo que se comentó en la prensa y por las redes sociales, y por más que trato de estar lo más tranquila posible, ya comencé a ver a un psicólogo deportivo”, comentó Delfina. “El año que viene continuaré con las sesiones porque me ayuda a bajar un poco los humos, sin olvidarme de mis amigos, que también me ayudan un montón a tranquilizarme”, confió.
“Los premios son como pequeñas marquitas, que sirven para el reconocimiento de que vas por el buen camino, de que hay gente que te está apoyando porque entienden que es bueno lo que uno va haciendo, siempre es muy positivo recibir un premio, como una incentivación para lo que viene”, destacó.
PUNTO DE VISTA
Tiene su vida social, pero prioriza la natación
Marcelo Núñez - Planificación en pileta de Central Córdoba
Ella nada pruebas de fondo que son largas y requieren de mucho entrenamiento y esfuerzo mental. El modo en que las maneja es digno de un nadador profesional, y eso que tiene sólo 17 años. Obviamente, tiene algo especial, que se consigue siempre con entrenamiento y dedicación, que es lo que cuesta encontrar en atletas tan jóvenes. Hay muchos deportistas que tienen un excelente nivel, pero priorizan otras cosas y no son tan ordenados como lo es ella. Es abanderada de su colegio, decidió no irse de viaje de egresados para poder entrenar; prioriza la natación. Es su estilo de vida. Los chicos van a los torneos por la cena o por el viaje; ella no. Pero tiene su vida social, de hecho, ella dice que todos deben tenerla, pero su prioridad es la natación. Le dieron oportunidades para terminar de cursar a distancia el colegio considerando que viaja mucho, pero decidió que no lo haría porque necesitaba hacer su vida social, quedarse con su familia en Argentina y su entrenador, al cual se acostumbró desde chica.
PUNTO DE VISTA
Es impresionante lo diferente que nada
Patricio Valdez - Entrenador del plantel de Central Córdoba
La vi nadar en el Nacional de Santiago del Estero en abril del año pasado. En ese torneo era el auge de ella; ya había hecho récords en 200, 400 y 800 metros, que eran los que estaban habilitados hasta ese momento para damas. Luego se habilitaron los 1.500 para mujeres, y también marcó. Es impresionante lo diferente que es su modo de nadar. Es muy técnica. Por ejemplo en una carrera de 1.500, se cuenta la cantidad de brazadas: ella hacía 36 en cada 50 metros, en esa distancias hizo lo mismo en toda la carrera. Su rival era una chilena, de categoría mayor; ella hacía 44 en cada 50. Es decir, se notaba la eficiencia técnica de una con la otra: una hace muchísima cantidad de brazadas, la otra hacía pocas y estaban a la misma velocidad las dos. Al final Delfina, en los últimos 50 metros, se fue y le sacó un cuerpo y medio. Ella está haciendo en la natación lo que nunca hizo nadie. La decisión de ir al Mundial Juvenil en vez del Mayor fue la mejor, porque era su último Juvenil y debía ser campeona. Mundiales mayores tendrá, y muchos.