Se levantó la sesión por la reforma previsional a causa de escándalos fuera y dentro del recinto

En un clima de fuerte tensión, con manifestaciones sociales y sindicales, y con el Congreso blindado por las Fuerzas de Seguridad, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, decidió levantar la sesión prevista para esta tarde, en la que se iba a tratar la reforma previsional.

Pese a las múltiples manifestaciones contra la iniciativa del Gobierno, Cambiemos confiaba en contar con los 129 votos necesarios para aprobar la ley, que ya tiene media sanción, para imponerse a los 110 diputados que habían anticipado su rechazo al texto del Poder Ejecutivo. Sin embargo, las manifestaciones de protesta terminaron volteando la sesión.

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La diputada Elisa Carrió, en nombre del interbloque de Cambiemos, en minoría, pidió que se levante la sesión, ya que "no se puede sesionar en violencia, que no ha sido generado por el interbloque de Cambiemos. La violencia se opone a la Constitución y la paz", afirmó.

Minutos antes, el diputado kirchnerista Agustín Rossi reclamó que se levante la sesión, cuestionó el operativo de seguridad y dijo que dos miembros de su bancada "fueron atendidos en la enfermería", Matías Rodríguez y Mayra Mendoza. 

Cuando Monzó anunció el qúorum, se registraron fuertes incidentes en el recinto, porque varios parlamentarios fueron a recriminarle que levante la sesión. Hubo empujones y gritos que tuvieron de protagonistas al presidente de la Cámara y alos diputados Máximo Kirchner, Guillermo Carmona y Leopoldo Moreau.

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Momentos antes de las 14 se desarrollaron incidentes en las inmediaciones del Congreso, donde más de 1.000 efectivos de Gendarmería, Prefectura y de la Policía Federal bloquea el acceso a los manifestantes. Gases, corridas, balas de goma y empujones se produjeron luego de que un grupo de emcapuchados volteara algunas vallas.

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La discusión está centrada en el cambio de fórmula para calcular los aumentos de haberes de la clase pasiva, ya que mientras la ley de Movilidad Jubilatoria establecía un ajuste semestral en base a un mezcla entre la recaudación de Anses y la variación salarial, el nuevo mecanismo fija que será trimestral y se calculará entre la inflación y los aumentos de sueldos.