Tres chicos tucumanos (dos de 5 años y uno de 3) están internados desde la semana pasada, luego de que se les diagnosticó Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). La información fue confirmada por Oscar Hilal, jefe del Departamento Infanto Juvenil del Sistema Provincial de Salud (Siprosa), quien señaló que en general son cuadros que tienen buena evolución y que no es una enfermedad rara: la media anual es de cinco casos por año; en 2017 hubo seis. “Pero el tratamiento es complejo y hay que hacerles seguimiento -advirtió Hilal-. En general los pacientes han tenido una diarrea que se curó. Lo que hay que tratar son las secuelas: si quedó anémico, se transfunde; si atacó las plaquetas, lo mismo. Y si hay daño renal, se hace diálisis hasta que el paciente recupera la capacidad de orinar”.
Al SUH lo causa una cepa particular de la bacteria Escherichia coli cuyo reservorio es la materia fecal de las vacas y genera una toxina (shiga) que afecta los glóbulos rojos y puede causar daño renal. Según el Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina cerca de 5.000 personas se infectan por año con E. Coli productora de shiga, y se diagnostican más de 400 casos anuales de síndrome urémico hemolítico, un 10% de ellos en niños menores de 5 años.
Se contagia principalmente por intoxicación con carne picada de vaca y/o de ave sin cocción completa, o por alimentos preparados con ella, como hamburguesas, salame, arrollados de carne (por eso se lo conoce como el “mal de las hamburguesas crudas”). “Sucede que cuando la carne se muele, la bacteria puede ingresar en partículas muy pequeñas y se hace más difícil eliminarla; por eso la mejor manera de prevenir es cocinando muy bien la carne que consumen los chicos. La bacteria se muere a los 70 grados de temperatura; si la carne queda cruda por dentro la bacteria seguirá activa”, explicó Hilal.
También el agua se contamina con la bacteria, al igual que frutas y verduras (esencialmente las de hoja) lavadas o regadas con agua contaminada. Por eso se recomienda comerlas lavadas con agua segura. Para garantizarla: hervirla durante 10 minutos y agregarle en frío tres gotitas de lavandina por litro.
Hay qué estar atentos
Como explicó Hilal, todo empieza con diarreas (frecuentemente, con sangre) que duran entre tres y cinco días. Luego disminuye la cantidad de orina y aparece una palidez marcada. Ante la aparición de estos síntoma, consultar inmediatamente, pues pueden sumar anemia aguda grave y necesitar transfusiones, o tener afectada la función renal y necesitar diálisis.