Cuando Diego Cagna armó el boceto del nuevo San Martín, apuntó como fija para jugar como lateral derecho a Ivo Chaves, y como alternativa a Rolando Serrano.
Pero el deseo del DT no pudo tomar forma. El salteño se vio afectado por un problema hormonal y aún no pudo debutar oficialmente. Para colmo, “Chopy” sufrió algunas lesiones que también lo dejaron al margen. Y allí apareció él; el “bombero” inesperado de Bolívar y Pellegrini.
Pese a ser defensor central, Esteban Espíndola López le puso el pecho a las balas y se adueñó de una posición en la que ya había jugado en otros clubes. “Estoy contento con mi nivel, pero más aún con el rendimiento del equipo. Estamos en alza y eso es importante”, explicó el zaguero surgido de las divisiones inferiores de River, expectante de cara al cierre de año. “Tenemos que volver a ganar en casa. Si lo logramos contra Villa Dálmine, el panorama cambiará por completo y comenzaremos la segunda etapa del torneo con un envión enorme”.
Siete puntos sumados sobre nueve en los últimos cotejos cambiaron la ecuación para fin de año en La Ciudadela. “Sabíamos que iba a ser un torneo complicado y que los puntos que habíamos sacado anteriormente iban a cobrar valor en la medida que comenzáramos a ganar. En los últimos partidos encontramos cierta regularidad y no debemos perderla. Hay que sumar y sumar para clasificarnos a Copa Argentina y acercarnos a la cima de la tabla”, dijo pensando en bajar a Villa Dálmine, mañana a las 18. “Es un equipo que viene bien, que defiende una idea y que es ordenado. Pero nosotros tenemos que hacernos fuertes, quitarles la pelota y tratar de golpearlos. Tengo fe”, concluyó.