El timbre que llama a los concejales a sesionar sonó una, dos, tres, cuatro veces. Dentro del recinto, pasadas las 9, la mitad de las bancas estaban vacías. Los concejales opositores a la gestión de Germán Alfaro (Cambiemos) -que estaban en sus asientos- miraban sus celulares, ojeaban los 16 proyectos del orden del día y renegaban. “¿Saben por qué no vienen? Porque no quieren tratar la Cuenta de Inversión ¿En qué gastaron la plata?”, se ofuscó la concejal Dolores Medina (Tucumán Crece).
Cuando habían pasado los 45 minutos de tolerancia y el quórum no se había alcanzado, el timbre volvió a encenderse. El vicepresidente primero del cuerpo, José Franco (Restauración Peronista), que presidía la sesión, anunció el fracaso de la convocatoria. El presidente Armando Cortalezzi (Tucumán Crece) se encontraba en ejercicio del Ejecutivo por el viaje del intendente. De esta manera, se cerró el período de sesiones ordinarias (iba a ser prorrogado en la sesión) y sólo podrán celebrarse hasta marzo encuentros extraordinarios, convocados por Alfaro.
Algunos ediles pidieron permiso para expresarse, pese a la convocatoria caída. Mientras ellos hablaban, sus pares del oficialismo se pararon en la puerta del recinto y explicaron las ausencias.
Los disidentes que hablaron coincidieron en la razón del fracaso: la Cuenta de Inversión (CI). La rendición del Presupuesto 2016 quedará aprobada automáticamente porque no fue tratada. “La intendencia esconde los números. El tema más importante era la extensión del período de sesiones”, bramó David Mizrahi, presidente de la bancada Tucumán Crece. El edil recordó que presentó un proyecto -que no fue tratado en comisión- para que las CI no puedan ser aprobadas de manera tácita, como sucede desde hace años. “Alfaro pretende cerrar el Concejo y gobernar en una monarquía”, dijo. Recordó que la última reunión ordinaria fue el 15 de junio.
Ricardo Bussi, de Fuerza Republicana, calificó de “autoritaria” la actitud de Alfaro. “Se llenan la boca hablando de institucionalidad y a la hora de actuar, lo hacen como cobardes, no dan la cara estando en el edificio. Un papelón”, deleznó. “Alguna vez se les tenía que caer la careta”, ironizó el peronista Dante Loza. Habló de un intendente “oscuro” con ediles “serviles”. “En un año electoral administró $ 3.300 millones y usó todos los artilugios para que su esposa (Beatriz Ávila) sea diputada”, deslizó.
Inmediatamente, la oposición planteó un pedido para celebrar una sesión extraordinaria a las 11.30. También fracasó. Algunos plantearon la posibilidad de hacer un nuevo llamado y echar mano a la ley que prevé llevar por la fuerza pública a los ausentes.
Cortalezzi consideró lo sucedido como una falta de respeto a la institución. “Lograron no rendir cuentas”, enrostró. Aseguró que no fue a la intendencia para evitar roces.