Sin correas, sin gritos y sin maltratos: las claves para adiestrar a un perro

Sin correas, sin gritos y sin maltratos: las claves para adiestrar a un perro

Hay numerosos mitos relacionados a estas mascotas. Dos especialistas explican cuáles son los métodos más efectivos.

EN EL PARQUE GUILLERMINA. Daniel Juárez y Dana, la belga malinois que adiestró ayer. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ.- EN EL PARQUE GUILLERMINA. Daniel Juárez y Dana, la belga malinois que adiestró ayer. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ.-
08 Noviembre 2017

Hay que adiestrarlos desde muy pequeños; si no, no aprenden más. Es necesario gritarles y maltratarlos para que hagan caso. Y nunca mirarlos a los ojos. Estos y otros mitos envuelven a menudo el adiestramiento que les damos a nuestros perros. Dos expertos dan las claves para entrenar a las mascotas, y para sorpresa de muchos defienden la enseñanza sin correas, sin gritos y sin otros maltratos.

Daniel Juárez, experimentado adiestrador de canes (especialmente los de búsqueda), opina que lo primero que hay que hacer es estudiar cuál es el perfil del perro de acuerdo con su raza y en qué se destaca. Y a partir de allí, pensar en la mejor forma para entrenarlos, para sacarles lo mejor.

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Misael Mendoza también es adiestrador canino y explica que hay dos tipos de adiestramientos. Uno es el clásico, que incluye collar de ahorque o de estática. Muchos suelen calificarlo como de alto impacto y muy efectivo al corto plazo. Sin embargo, el especialista se inclina más por lo que se llama adiestramiento en positivo: significa educar al animal condicionándolo con un sistema de premios. “Además, se usa un clicker con el cual estimulás el cerebro y le indicás qué cosas está bien que haga”, remarcó. No obstante, aclaró que si el perro es muy agresivo, a veces es necesario combinar este tipo de entrenamientos con el negativo.

Juárez también se mostró a favor del entrenamiento sin correas, fijándose principalmente en la psicología del animal, sin gritos ni golpes. “Para llegar a dar instrucción a un perro, al igual que cualquier ser vivo, tenemos tres alternativas: con el castigo (verbal o físico), con el soborno (premio o recompensa) y con el afecto. Nosotros optamos más que nada con la última opción. Se puede llegar a formar a un perro sin dejar secuelas”, precisó.

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Las preguntas más frecuentes que reciben los adiestradores son las siguientes:

1) ¿Es mejor adiestrarlo uno mismo o buscar un experto?

“Depende del caso. Hay perros que tienen problemas de conducta: saltan, rompen todo y muerden; también perros con pocos límites o conductas antisociales, que atacan a las personas. En esos casos sí es necesario recurrir a un experto. Para cuestiones más caseras, como adiestrarlos para que hagan sus necesidades en los lugares correctos o que le hagan caso a sus dueños, creo que basta con saber cuestiones básicas y adiestrarlo en casa”, especifica Mendoza, que es ingeniero en sistemas pero desde hace 10 años se dedica al adiestramiento canino en la provincia. “También hay entrenamientos especiales: deportivos, para shows, para prestar servicios de rescate o de asistencia”, describe.

Lo que más piden los tucumanos cuando buscan un instructor es que los eduque, porque su mascota tiene problemas de conducta o porque quiere explotarle mejor su “lado guardián”. “En estos casos se explota en el animal la carga genética que ya tiene, conocida como cobro-presa. Todos los perros son guardianes por naturaleza”, explica Juárez.

2) ¿Cuánto antes se lo empiece a entrenar al perro, mejor?

“Si lo que se quiere lograr es obediencia con collar de ahorque, es necesario esperar hasta los nueve meses porque a esa edad pueden soportar los malos tratos”, detallan.

Misael Mendoza sostiene que la mejor forma de educar un perro equilibrado es con ejercicio, disciplina y cariño. “Cuanto más chico se empieza es mejor. Con cariño y ejercicio se puede arrancar. A los cuatro meses ya entienden perfectamente el no. Ya se le puede enseñar con sistema de premios -que es darles cariño a cambio de las buenas acciones- que aprendan a sentarse, a tumbarse, a quedarse quietos y a caminar a tu lado”, resalta. “Con adiestrarlos cinco o 10 minutos diarios basta. Ante un no se deben quedar quietos”, añade Juárez.

3) ¿Hay que mirarlos a los ojos cuando les damos una orden?

“La mayoría de la gente piensa que no hay que mirarlos a los ojos. Sí hay que mirarlos. Si el perro no mira es por que es rebelde o agresivo”, señala Mendoza.

4) ¿Está bien retarlos y mandarlos a la cucha, como una especie de penitencia?

“Nada más errado. Los perros terminan asociando ese espacio como un lugar de reto y después no quieren ir”, sostiene Juárez.


Consejos 
 Desde el día en que tu cachorro llegue a casa poné en práctica un programa de adiestramiento doméstico para que aprenda a no morder. Basta con decirle “no” muchas veces.
 No le grites. La comunicación con la mascota se da principalmente con el leguaje corporal. Los gritos inhiben al perro. Para corregirlo, tenés que mantener el estado de equilibrio.
 Nunca dejes de enseñarle que sea sociable. Hacé que tus invitados ofrezcan siempre comida y que se acerquen a saludarlo.
 Adiestralo sin correa y ofrecele premios desde el principio. Jamás usés una correa o toqués a tu perro para obligarlo a obedecer. Si no, sólo responderá cuando lleve puesta la correa o cuando se encuentre al alcance de la mano. Por el contrario, usá la mano para acariciar (premiar) al perro cuando obedezca.
 Intercalá breves períodos de adiestramiento en los paseos y en los juegos. Pedí al perro que se siente cuando está andando o que venga si está jugando, ofrecele una golosina y luego decile: “vamos”.


> Consejos 

- Desde el día en que tu cachorro llegue a casa poné en práctica un programa de adiestramiento doméstico para que aprenda a no morder. Basta con decirle “no” muchas veces.
- No le grites. La comunicación con la mascota se da principalmente con el leguaje corporal. Los gritos inhiben al perro. Para corregirlo, tenés que mantener el estado de equilibrio.
- Nunca dejes de enseñarle que sea sociable. Hacé que tus invitados ofrezcan siempre comida y que se acerquen a saludarlo.
- Adiestralo sin correa y ofrecele premios desde el principio. Jamás usés una correa o toqués a tu perro para obligarlo a obedecer. Si no, sólo responderá cuando lleve puesta la correa o cuando se encuentre al alcance de la mano. Por el contrario, usá la mano para acariciar (premiar) al perro cuando obedezca.
- Intercalá breves períodos de adiestramiento en los paseos y en los juegos. Pedí al perro que se siente cuando está andando o que venga si está jugando, ofrecele una golosina y luego decile: “vamos”.

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