Posse: “Alperovich nunca me pidió nada ni me llamó por teléfono, y espero que la relación siga así”

Posse: “Alperovich nunca me pidió nada ni me llamó por teléfono, y espero que la relación siga así”

La Corte de Tucumán eligió representantes para el período 2017-2019. Daniel Posse se quedó con los cargos más importantes: la presidencia del alto tribunal y de la Junta Electoral.

UN SALUDO PARA EL GANADOR. Daniel Posse ayer, en el Palacio de Justicia. la gaceta / foto de inés quinteros orio UN SALUDO PARA EL GANADOR. Daniel Posse ayer, en el Palacio de Justicia. la gaceta / foto de inés quinteros orio
04 Noviembre 2017

Tanto o más sonriente que de costumbre, Daniel Posse concede su primera entrevista como presidente electo de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán nada más salir del cónclave con sus pares. Metros más allá lo esperan para felicitarlo su secretaria Norma Ávila; su hijo Facundo y sus relatores. Después de desempeñar diversos cargos en el Poder Ejecutivo del ex gobernador José Alperovich, Posse pasó, por designaciones sucesivas de su ex jefe, a la Defensoría del Pueblo y, en 2011, al alto tribunal. Ya como juez, dirigió el Jurado de Enjuiciamiento y el Consejo Asesor de la Magistratura en dos períodos. Llega por primera vez a la presidencia del máximo estrado local y, por añadidura, de la Junta Electoral Provincial, con 59 años. Su mandato comienza este 26 de noviembre y finaliza el mismo día de 2019, después de las elecciones que ha de organizar y fiscalizar.

-Usted había dicho que quería que Claudia Sbdar fuera presidenta, pero el presidente terminó siendo usted. ¿Qué pasó?

-Yo se lo había anticipado el jueves: existía una posibilidad de que ella no asumiera el cargo en este momento por cuestiones personales que hay que respetar.

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-¿Cómo se ve para las elecciones de 2019 que tendrá que vigilar?

-Ya me tocó estar en una elección complicada antes (en referencia a la judicialización de los comicios de 2015). Haré lo que tenga que hacer en función de la ley. No decidiré nada en soledad porque hay dos miembros más (el titular del Ministerio Público Fiscal, Edmundo Jiménez, y el presidente de la Legislatura, Osvaldo Jaldo, o quien ocupe su lugar). Así como actué en la Corte, será mi actuación en la Junta.

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-¿Qué espera de la comisión legislativa que analiza una reforma electoral y política?

-Si se recuerda bien, el fallo “Acuerdo para el Bicentenario”, que valida la elección de 2015, hace mención expresa a las dificultades del régimen electoral: no es ‘anticonstitucional’, sino dificultoso para el elector (Posse sentenció en ese proceso junto al vocal René Goane, y a los camaristas civiles Benjamín Moisá, Carlos Ibáñez y Raúl Bejas). Es una posición que ya está escrita y que sostengo.

-Esa sentencia también exhorta a tomar medidas contra el clientelismo...

-El clientelismo es cuestionable desde todo punto de vista La responsabilidad es de los dirigentes políticos y ojalá que estén a la altura de los tiempos.

-De usted se dice que es el vocal más cercano al senador Alperovich. ¿Usted qué dice al respecto?

-Fui designado por el gobernador Alperovich y efectivamente le estoy agradecido por haber confiado en mí. Nunca me pidió nada, nunca levantó el teléfono para decirme nada, y espero que la relación personal se mantenga así, en ese mismo orden de confianza, en el sentido de que uno viene aquí para cumplir con lo que dice la Constitución.

-Usted recibe una Corte con cierto desgaste acumulado; hay muchos conflictos en el interior del Poder Judicial y un reclamo de justicia latente en la sociedad. ¿Qué hará para tratar de revertir esto?

-Las justicias del país en general tienen problemas, no sólo la de Tucumán. La principal tarea es dar celeridad porque la gente quiere soluciones rápidas. Es el gran desafío: ser expeditivos. Nuestra Corte afrontó muchas dificultades, pero hemos trabajado para superarlas. Hay una composición etaria diferente... Cada uno ha ido aprendiendo de distintas maneras, pero tenemos una mirada común en el largo, mediano y corto plazo. Nuestra vocación es que los Tribunales funcionen bien y nos une la convicción de que debe haber justicia.

-¿Qué opina del número elevado de vacantes? El 25% en la Justicia ordinaria y el 24% en la de Paz.

-He reclamado muchas veces las designaciones y mi preocupación es pública, como consta en LA GACETA. Me parece tremendo, y lo digo con todas las letras, que no haya nombramientos de jueces de Paz. Hace muchos años que arrastramos esta situación y no es tan complejo resolver el asunto (el Poder Ejecutivo nombra a los jueces de Paz en forma discrecional con acuerdo de la Corte). En algunos casos, el gobernador tendrá que pensar, pero entiendo que, dadas las circunstancias por las que atraviesa la Justicia, los nombramientos deberían ser rápidos.

-Y en el caso de la Justicia de Paz, ¿los jueces tendrían que ser letrados y no legos?

-Tenemos una deuda enorme con la Justicia de Paz porque es el primer eslabón al que acuden pobres y ciudadanos del interior. Debemos ir hacia el esquema de Justicia de Paz Letrada.

-¿Cómo será su relación con el ministro público Jiménez, con quien hubo diferencias graves durante la gestión de Gandur?

-Nos conocemos mucho. En algún momento hemos trabajado juntos. Mi idea es que hay que cumplir la ley y mi expectativa es que en una próxima reforma constitucional los ministerios públicos tengan autonomía plena. Vamos a tratar de tener una relación lo más prolija y prudente posible.

-¿Cuál es su postura sobre el principio de división de poderes y la independencia judicial?

-Por supuesto que debe haber independencia de poderes. Mi visión es que ello, en la práctica, se plasma con buenos presupuestos. Sería muy bueno si pudiera lograrse la autonomía para el manejo de ese presupuesto, para lo cual también hace falta una reforma constitucional, de manera tal que los fondos ingresen en forma directa a la Justicia, tal cual ocurre en otras provincias. Hay que trabajar para que ello suceda.

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